martes, 7 de noviembre de 2017

Reiner Tosstorff . Nin y la Internacional Sindical Roja: un esbozo






 (1)
El 28 de abril de 1921, en el pleno de la CNT,  Nin fue nombrado uno de los cuatro delegados para el congreso de fundación de la Internacional Sindical Roja ISR  (junto con Maurín, Arlandis, Ibáñez y Gaston Leval para los grupos anarquistas). En mayo se marchó junto con Maurín a Moscú, pasando por París (2), donde intervino Pierre Monatte, del grupo sindicalista-revolucionario alrededor del periódico La Vie ouvrière, para ayudarles a continuar su viaje (3). Nin y Maurín llegaron a Berlín donde fueron recibidos por los anarcosindicalistas alemanes de la Unión Libre de Trabajadores (Freie Arbeiter-Union) y mantuvieron conversaciones con Rudolf Rocker, pero también con Theodor Plivier, escritor que posteriormente llegaría a ser conocido. En Berlín se encontraron también con los demás delegados españoles, la continuación del viaje fue organizada por la embajada soviética.

La delegación de la CNT participaba ya con función observadora en el tercer congreso de la Internacional Comunista (22.6. - 12.7.1921), pero no llegó a desempeñar su verdadero papel hasta  que tuvo lugar el congreso de la ISR, del 3 al 19 de Julio (4). Nin destacó por sus intervenciones en las que defendió el sindicalismo como única fuerza para instaurar la sociedad comunista, pero respaldó una estrecha colaboración con los bolcheviques y la Internacional Comunista en contra de otro grupo de sindicalistas, provenientes sobre todo de Francia, que propugnó el principio de la autonomía sindicalista pero se quedó en minoría. Después del congreso, su firma se podía encontrar debajo de numerosas apelaciones a los sindicalistas «puros», pidiendo que siguieran participando en la ISR.

Su aparición en el congreso le predestinó para las tareas de mando en la nueva Internacional. En septiembre de 1921 se trasladó a Berlín, con el encargo de apoyar el trabajo de la recién fundada Oficina Centroeuropea de la ISR, pero después de poco tiempo fue detenido. (5) Aunque el gobierno español pidiera su extradición, cuando salió de la cárcel a principios de 1922, pudo ir directamente a Rusia.


Una vez allí, entró en el secretariado de la ISR. El secretario general era el ruso Losovsky y Nin se convirtió en su suplente. Era, por lo tanto uno de los líderes más importantes de la nueva Internacional. En seguida destacó por una gran cantidad de artículos y comentarios, publicados tanto por los órganos de la ISR (sobre todo en su revista mensual del mismo nombre, editada, a veces simultáneamente, en ruso, alemán y francés —algunas ediciones también en español e inglés) como por los órganos de la Internacional Comunista (sobre todo en sus servicios de información, Inprekorr (alemán) y Correspondance Internationale (francés). También se difundieron en muchos periódicos editados por simpatizantes de la ISR en varios países, por ejemplo en España la Lucha social La Batalla.

En los temas de estos artículos se reconoce su posición política y los ámbitos a los que se dedicó durante el liderazgo de la ISR. Por un lado se trataba de artículos sobre la revolución rusa, como por ejemplo con objeto del primer aniversario del levantamiento de Kronstadt. Pero sobre todo contenían su opinión sobre el desarrollo del sindicalismo internacional. Bajo la influencia de los anarquistas se formaba una corriente que se encontraba en oposición a la ISR y que, después de varias reuniones, hacia finales de 1922 formó la Asociación Internacional de Trabajadores. Sindicatos como la Unione Sindacale Italiana, pero en primer lugar la CNT se afiliaban; las corrientes probolcheviques se encontraban en minoría. En la CGTU francesa, sin embargo, y con la ayuda de Nin, los partidarios de Moscú terminaron formando mayoría y se convirtieron en apoyo básico de la ISR. Tal como se desprende de sus artículos, Nin siguió sobre todo el desarrollo de los países del sur de Europa y de Latinoamérica (6), pero, en concordancia con los contactos de la ISR, comentaba también el desarrollo en los Países Bajos o en Bulgaria. Igual importancia tuvieron para él las cuestiones de la lucha sindical diaria. Comentaba, por ejemplo, en la revista de la ISR el folleto de un sindicalista francés referente a la cuestión de propinas para camareros.

La rotura entre los sindicalistas de tendencia anarquista y los sindicalistas probolcheviques y revolucionarios no se pudo evitar tampoco con el segundo congreso de la ISR, del 19. 11. hasta el 2. 12. 1922. En este congreso, Nin jugó un papel destacado (7). Era el informador acerca del punto, particularmente polémico, de las relaciones entre la ISR y la Internacional Comunista (8). Respecto a esta cuestión, al contrario de los anarquistas y a pesar de las simpatías a favor de los bolcheviques, sobre todo los sindicalistas franceses se habían rebelado contra las relaciones orgánicas acordadas en el primer congreso, es decir la subordinación formal de la Internacional Sindicalista a la Internacional Política. Debido a las presiones de la CGTU, la relación entre la ISR y la Internacional Comunista se reguló ahora como una relación entre Internacionales con los mismos derechos respecto a la organización.

Sin embargo, este reglamento no provocó muchos cambios en la práctica; hasta ahora existieron representantes oficiales de la ISR en la dirección de la  Internacional Comunista y viceversa, ahora se establecieron comités comunes de acción, dedicados a un caso específico. De todas maneras, Nin fue en ambos casos uno de los representantes de la ISR (9): En el año 1923 se convirtió oficialmente en comunista y, ya que vivía en la URSS, se afilió al partido bolchevique (10). Cuando, frente a las constantes disputas acerca de la política sindical en los partidos comunistas, el comité ejecutivo de la Internacional Comunista creó en el año 1926 una comisión sindical propia, para poder dirigir mejor incluso la ISR, Nin también tomó parte (11).


Nin demostró pronto que, mientras dirigía la ISR, sus intereses no se limitaron a cuestiones meramente sindicales o problemas burocráticos referentes a la organización, sino que le preocupaba el problema del fascismo. Muy pronto se dio cuenta de ello, ya que se dedicaba sobre todo a los países latinos de Europa y, entre ellos, a Italia. En la tercera reunión del consejo central de la ISR, una especie de consulta más amplia entre los congresos, que tuvo lugar del 25 de junio hasta el 2 de julio de 1923, dio una conferencia de mucha relevancia sobre la «lucha de los sindicatos contra el fascismo» (12). Definió el fascismo como un fenómeno internacional que, frente a las formas tradicionales de reacción burguesa, era básicamente nuevo por el apoyo masivo que encontraba en elementos desclasados, pequeñoburgueses y campesinos, lo que le permitía una campaña destructiva de características terroristas, desconocidas hasta el momento, contra la clase obrera. El medio de lucha más efectivo para combatir el fascismo le pareció ser el frente único proletario, cuyos principios veía en el movimiento sindical internacional (un acuerdo recientemente pactado entre la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte y los sindicatos rusos). Al tema «Fascismo y la respuesta de los sindicatos» volvió frecuentemente en el período posterior: en muchos artículos divulgados a nivel internacional en la prensa de la ISR y de la Internacional Comunista, en una ponencia durante el tercer congreso de la ISR en el año 1924 y luego en sus escritos teóricos de los años posteriores, como por ejemplo en su contestación a Cambó en el año 1930.

Sus conocimientos de Italia no se basaron únicamente en sus contactos con militantes italianos. A principios de 1924, su primer viaje al extranjero después de su llegada a Rusia hacía dos años, le llevó a Italia. Hizo este viaje por encargo de la ISR para aclarar la situación de sus simpatizantes, es decir, de los sindicalistas comunistas, quienes habían quedado en minoría entre los sindicalistas del USI y habían roto con esta organización. El partido comunista colaboraba sobre todo con la CGL [Confederazione Generale del Lavoro], de tendencia socialdemócrata, en la que intentaba consolidar una oposición revolucionaria. A principios de 1924, el objetivo era la alianza con los maximalistas, una corriente dentro del Partido Socialista alrededor de Giacinto Serrati, la cual, después de una larga temporada de titubeo, se acercaba a los comunistas y fusionaría finalmente, en verano de 1924, con el PCd'I. Esta corriente incluía importantes cuadros sindicales. Nin estuvo allí desde principios del año hasta marzo de 1924 (13). Cuando se enteró de la muerte de Lenin se encontraba en Roma (14). Después de su vuelta comentó sus experiencias italianas en una serie de artículos.


En 1924, la ISR se había consolidado en líneas generales. Las esperanzas iniciales de conseguir, mediante la fusión de sindicalistas y comunistas, la mayoría en el movimiento sindical internacional y de separar a la Federación Sindical Internacional socialdemócrata (con sede en Amsterdam), habían desvanecido. Si después de 1921 las exigencias se habían limitado al frente único de todas las organizaciones obreras, ahora se cuestionó la creación de la unidad sindical europea, tal como la consideraba posible el III Congreso de la ISR bajo ciertas condiciones. Éste era también el resultado del desarrollo dentro de la Internacional de Amsterdam, ya que se había formado en 1923/24 una sección izquierdista alrededor del antiguo secretario Edo Fimmen, el líder de la Federación  Internacional de Trabajadores del Transporte y, sobre todo, alrededor de la dirección del Trades Union Congress (TUC) de Gran Bretaña.

Pero la postura concreta que había de adoptar la ISR era objeto de polémica en las propias filas. Sobre todo los líderes de los sindicatos soviéticos, bajo la presidencia de Michail Tomsky que formaba parte de la corriente 'derechista' dentro del partido bolchevique, estaban, más o menos abiertamente, a favor de disolver la ISR. En 1924 aún iniciaron un comité común con el consejo general del TUC, el Comité Anglo-ruso. La dirección de la ISR, al contrario, rechazaba la mera liquidación de la ISR y exigía la unión, con iguales derechos, de todos los sindicatos a nivel internacional. Sabemos poco acerca del desarrollo de las polémicas internas. El archivo de la ISR en Moscú todavía está a la espera de un estudio (15). Sin embargo, unos comentarios posteriores de Nin dejan entrever de manera inequívoca que defendía la existencia de la ISR contra las intenciones de liquidación por parte de los líderes sindicales soviéticos. El que hiciera un distanciamiento tajante hacia la internacional sindical de Amsterdam lo demuestran también sus muchos artículos en la prensa de la ISR. Incluso atacó la actuación de la dirección del TUC, o sea de la izquierda de Amsterdam, durante la huelga general británica en el año 1926. En los párrafos de su libro del año 1933 que dedicó a la FSI, volvió a referirse a esta crítica.

Pero su posición en la ISR se vio ahora debilitada por el hecho de tomar partido a favor de la oposición izquierdista dentro del partido bolchevique alrededor de Trotsky. Otros que, de manera similar, habían tomado el camino político del sindicalismo revolucionario hacia el comunismo, ya habían expresado sus simpatías por Trotsky en las controversias con ocasión de la muerte de Lenin. Entre ellos se encontraban en Francia Pierre Monatte y Alfred Rosmer, quien había participado en cierta medida en la fundación de la ISR. Ambos fueron excluidos del PCF en 1924. El búlgaro Georgi Andrej?in quien, siendo emigrante en Estados Unidos, había jugado un papel en los Industrial Workers of the World, los «Wobblies», había llegado en 1921 como fugitivo a la Rusia soviética y había pertenecido a la dirección de la ISR. Después de 1924 se le había apartado con un cargo de colaborador de Trotsky.

También Nin apoyaba la lucha de Trotsky. Pero sorprendentemente, en mayo de 1925, la prensa de la Internacional Comunista y de la ISR publicó una declaración, en la cual se distanciaba de Monatte y de Rosmer y del 'trotsquismo' en general y se solidarizaba con 'la línea general' del partido. Sin embargo, más tarde, dos antiguos líderes del PC español comentaban en sus memorias que, según unas confidencias de Nin, se le había obligado a hacer esta declaración ya que su intercambio secreto de cartas con Monatte y Rosmer se había intervenido. Si no hubiera hecho esta declaración se le habría destituido. (17)

¿Se trata por lo tanto de una declaración 'táctica' - parecida a la actuación de Trotsky después de 1923 y antes de 1926, cuando se volvió a producir abiertamente la lucha por el poder dentro del partido? Esto mismo hace suponer también un artículo corto de Trotsky, en el que escribió en 1931 que Nin «se encuentra en las filas de la oposición desde 1923». (18)


En todo caso, como resultado de esta actuación, la posición de Nin dentro de la ISR quedó intocable. Hacía fuera parecía incluso cada vez más destacada. A finales de 1925 volvió a viajar a Europa occidental por encargo de la Internacional. Esta vez se trasladó primero a los Países Bajos donde, a finales de diciembre, «el Secretariado Obrero Nacional» (Nationaal Arbeidssecretariaat / NAS), una agrupación originariamente sindicalista con larga tradición, entonces dirigida por el comunista Henk Sneevliet, se planteaba su afiliación a la ISR. Como la tendencia anarcosindicalista había ya abandonado el NAS, la afiliación se realizó con una mayoría aplastante. (19) Los dos sindicalistas comunistas Nin y Sneevliet se conocieron seguramente ya en Moscú puesto que el neerlandés había trabajado hasta 1924 para la dirección de la Internacional Comunista. Las relaciones entre ambos no se limitaron a este encuentro durante esta conferencia. Eligieron posteriormente un camino político semejante que les llevó temporalmente al lado de Trotsky. Cuando, en 1927, el NAS se separó de la ISR, aparte de cuestiones de política sindical, también la solidaridad con la oposición soviética jugaba un papel importante. Sin embargo, tanto Nin como Sneevliet tuvieron después diferencias con Trotsky sobre el tema de las tácticas concretas en sus países, lo que finalmente les llevó a la rotura. (El partido fundado posteriormente por Sneevliet, el Partido Obrero Revolucionario Socialista, fue un estrecho aliado del POUM; el propio Sneevliet visitó en otoño de 1936 la Barcelona revolucionaria) (20).

Desde los Países Bajos Nin se fue a principios de 1926 a París donde mantuvo conversaciones con los comunistas franceses, sobre todo con la dirección de la central sindical CGTU, afiliada a la ISR. Posiblemente su misión haya sido también la de reforzar temporalmente la dirección del PCE que se había trasladado a París después de varias campañas de persecución por parte de la policía de la dictadura de Primo de Rivera. Pero el 13 de enero fue detenido, quizás, tal como opinaría más tarde, debido a la traición de un espía policial que se encontraba entre los comunistas. Después de un mes fue liberado y volvió a la Unión Soviética. (21)

La incontestabilidad de su posición se demostró con su admisión en la comisión sindical de la Internacional Comunista (véase arriba) y, sobre todo, con su actuación en la cuarta sesión del consejo central de la ISR del 9 al 15 de marzo de 1926. En esta ocasión presentó un informe sobre la actividad de la oficina ejecutiva, presentándose públicamente como el líder de la ISR más importante al lado del secretario general Losovsky - este último dio una conferencia acerca de «las obligaciones próximas del movimiento sindicalista» (22). Aparte de mencionar muchos problemas detallados del movimiento sindical europeo, su informe destacó por la polémica, apenas disimulada, contra el ala 'derecha' de la ISR. Le reprochaba su excesivo interés en una «unidad a cualquier precio» con Amsterdam. Los derechistas sobrevaloraban sus fuerzas, lo cual llevaría a la liquidación de la ISR. Esto era una ofensiva más o menos abierta hacia los líderes sindicales soviéticos alrededor de Mikhail Tomsky , los cuales insistían en una alianza con la TUC.



Red Internacional de Sindicatos  (Profintern)   1921 - 1937


Posiblemente encontramos aquí también la razón por la cual Losovsky mantuvo a Nin en su  posición. Representaba el peso contrastante frente al ala derecha de los líderes sindicales soviéticos. (23) En todo caso, Nin expresó en varios artículos una postura tajante contra los dirigentes de la TUC, la central sindical británica, que estaban aliados con ellos en el marco del Comité Sindical Anglo-Ruso. Se desconoce hasta qué punto haya podido apoyar, dentro de los gremios de la ISR, las exigencias particulares de la Oposición Unificada alrededor de Trotsky y Sinoviev, la cual se organizó en la primavera de 1926 y que exigía, por ejemplo, la rotura con este comité sindical. De todas maneras era uno de los activistas «internacionales» más importantes de la oposición después del inicio de la lucha entre las fracciones del PCUS durante la segunda mitad del año 1926. La notoriedad de su postura lo demuestra un comentario que hizo Trotsky durante una reunión de la presidencia del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista el día 27. 9. 1927, cuyo tema era su expulsión de la directiva de la Internacional Comunista. Dijo, casi como si se tratara de una profecía: « ¿Y el camarada Nin, uno de los mejores militantes de la vanguardia proletaria, un importante colaborador de la Internacional Sindical Roja - qué haréis con él? ¿Qué destino le preparareis? ¿Qué medidas tomaréis contra él?» (24)

Así que Nin, en el transcurso del año 1927, tenía cada vez menos posibilidades de aparecer en público y a pesar de seguir siendo miembro de la dirección de la ISR, casi no pudo publicar artículos. Durante los primeros meses del año, seguramente también él estuvo totalmente absorto por la revolución china. Por su curso revolucionario la oposición dentro del partido bolchevique y de la Internacional Comunista, liderada por Trotsky, llevó una intensa lucha. Los sindicatos chinos, que contaron con varios millones de seguidores y estuvieron organizados bajo la influencia del PC, se habían unido a la ISR (hasta su sangrienta eliminación por parte de Chiang Kai-Chek, el anterior aliado de Moscú). No sabemos nada de sus actividades al respecto de China. En Las organizaciones obreras  internacionales solamente mencionó las diferencias de opinión dentro de la ISR sobre China y apuntó que incluso Losovsky, el fiel seguidor de Stalin, con ocasión de su viaje a China en el año 1927, había sido censurado por la prensa soviética y la de Chiang Kai-Chek porque sus opiniones no eran oportunas. (25)


La expulsión de la oposición soviética del Partido Comunista a finales de 1927 que llevó a la deportación de cientos de sus conocidos líderes de Moscú a territorios apartados del país no afectó a Nin por el momento. Aparentemente, debido a su calidad de 'internacional', el aparato estalinista no lo podía alcanzar sin más. A pesar de que se hicieran preparativos para su expulsión del partido durante los primeros meses del año 1928, como miembro de la dirección de la ISR que pertenecía al Buró Ejecutivo, no se le negó el derecho de participar en el IV Congreso de la Internacional Sindical del 17 de marzo al 3 de abril en Moscú donde incluso pudo participar en la discusión.

 Intervención de Andrés Nin, el 22 de marzo, en el Congreso de la Internacional Sindical Roja reunido en Moscú en 1928


A pesar de poder hablar solamente una vez, su aparición causó un fuerte impacto. Atacó a los líderes sindicales 'derechistas' de la Unión Soviética, exigió más influencia para los obreros soviéticos y reclamó una orientación hacia la izquierda dentro de la ISR. Esto provocó reacciones violentas por parte de varios delegados e incluso por parte de Solomon Lozovsky . Se produjo una declaración, seguramente iniciada 'desde arriba', por parte de los delegados latinoamericanos en contra de su «traición» a la URSS. El pintor mexicano Siqueiros, quien se encontraba entre los delegados, cuenta en sus memorias que esta conferencia, que había provocado un 'violentísimo tumulto', había impresionado mucho a su colega y compañero Diego Rivera, quien participaba en el congreso como invitado y que gracias a ello se había convertido en simpatizante de Trotsky. (27) De igual importancia fueron los contactos directos que pudo enlazar Nin con los delegados cubanos Julio Antonio Mella y Sandalio Junco al margen del congreso. (28)




En su intervención, Nin había mencionado solamente una pequeña parte del programa de la oposición y no había expresado ninguna de las exigencias que se referían directamente al partido y a la Internacional Comunista. Sin embargo, esta última aparición de un opositor izquierdista delante de un foro comunista internacional tuvo lugar casi medio año después de la expulsión de Trotsky y de la mayoría de los oposicionistas del PCUS. Nin perdió su puesto en la ISR y poco tiempo después se le expulsó del PCUS. Curiosamente su nombre (también el de Maurín) seguía apareciendo entre los colaboradores hasta mayo de 1929 en la cubierta de la edición alemana del órgano de la ISR La Internacional Sindical Roja.

Como se explicará en otro lugar de esta publicación, a pesar de poder seguir en el Hotel Lux, llevaba ahora una existencia precaria y tuvo que ganarse la vida con sus traducciones. A partir de principios de 1929 quiso marcharse de la Unión Soviética y no fue una casualidad que este momento coincidiera con el destierro de Trotsky. Pidió a su viejo compañero de la ISR, Henk Sneevliet, que le facilitara asilo en cualquier país europeo. Éste consiguió finalmente, con la ayuda del partido obrero noruego, un permiso de estancia en Noruega. (29). Pero mientras Nin estaba buscando un país que le fuera más oportuno, a mediados de 1930, se le colocó repentinamente en un tren que iba en dirección hacia oeste. Esta deportación imprevista podría haber sido motivada por el inicio del V Congreso de la ISR, el día 15 de agosto (con duración hasta el día 30). Es probable que se quisiera evitar un posible contacto con los delegados. (30) Esta interpretación es reforzada por el hecho de que incluso las delegaciones de Francia y China hicieran una declaración, seguramente no por iniciativa propia, en la que celebraban la expulsión de Nin. Según esta declaración, el proletariado soviético le había tolerado demasiado tiempo. Es interesante que esta resolución no se haya incluido en las actas (en lengua alemana y rusa) del congreso, sino que fuera publicada en el Pravda del 25 de agosto.


Para el expulsado, la situación había cambiado radicalmente por motivo de la destitución de Primo de Rivera a principios de 1930: Ya podía volver directamente a España. Durante casi siete años había sido miembro de la dirección de la Internacional Sindical Roja. Ningún otro español ocupó a nivel internacional una posición directiva de semejante importancia en la izquierda. Sobre todo sus experiencias sindicales, pero también su postura internacionalista, fruto de su actividad, fueron lo que podía aportar ahora a las organizaciones a las que perteneció durante el período posterior – Oposición, respectivamente Izquierda Comunista, luego el POUM. Una consecuencia literaria de su actividad en la ISR eran en cierto sentido sus artículos sobre cuestiones sindicales que escribía sobre todo en Comunismo, más adelante en La Batalla y, aparte de la edición del Programa de acción de la Internacional Sindical Roja de Solomon Lozovsky (Barcelona 1932) y la Crítica del sindicalismo de G. Plekhanov (Madrid 1934), naturalmente su historia del movimiento internacional sindical Las organizaciones obreras internacionales.

Notas

(1) La historiografía actual sobre la Internacional Sindical Roja (ISR) es muy escasa. Véanse las notas en mi contribución "The Red international of Labour Union" en: Jürgen Rojahn (editor), The Communist International and its National Sections, 1919-1943, Berna 1994. Aquí también las indicaciones bibliográficas exactas acerca de las actas y otras publicaciones de la ISR, mencionadas en este lugar. Del propio Nin existe una descripción de la ISR en su libro, editado por primera vez en 1933, en Madrid, Las organizaciones obreras internacionales, Barcelona 1978, pág. 75-88, 119-183 y 207-219. Algunas indicaciones sobre sus actividades en la ISR, apoyadas sobre todo en sus artículos en La Batalla durante los años 1922-23 se encuentran en Pelai Pagès, Andreu Nin: Su evolución política (1911-1937), Madrid-Bilbao 1972, pág. 100-114.


(2) El camino hacia Moscú y el proceso del congreso han sido descritos posteriormente por Maurín, en el epílogo de su libro Revolución y contrarrevolución en España, Paris 1966, pág. 255-265.


(3) Tal como lo explicó el anarcosindicalista alemán Agustin Souchy en sus memorias ‘Atención: anarquista’. Una vida para la libertad (Grafenau 1985, pág. 95 y sig.), esto fue posible, no en último lugar, gracias a los medios económicos que les entregó y que fueron recaudados por los anarcosindicalistas suecos para la CNT. Una ironía de la historia, ya que los sindicalistas suecos y alemanes pertenecían al grupo de los más decididos opositores a la colaboración con Moscú.

(4) Como actas del congreso se publicaron durante su celebración dieciséis boletines (en ruso, francés y alemán) que citaban tanto las conferencias como las resoluciones. Después del congreso, algunos participantes publicaron informes. Así también la delegación danesa ('La delegación de la CNT en Rusia' en: Lucha social, mayo–agosto 1922). Una descripción detallada se encuentra en Albert Resis, The Profintern, Origins to 1923, disertación, Columbia University New York 1964, pág. 133-228, y en Wayne Thorpe, The Workers Themselves, Revolutionary Syndicalism and Labour, 1913-1023, Dordrecht 1989, pág. 181-194.
Profintern



(5)  Véase, en relación con este tema, la declaración que hizo Andrés Nin en 1937 durante los interrogatorios del servicio secreto soviético, publicada p. ej. en: El proceso del P.O.U.M. Documentos judiciales y policiales, Barcelona 1989, pág. 18-28.




(6) El papel que jugó Nin para la creación del movimiento sindical comunista en Latinoamérica es mencionado varias veces por el historiador polaco Aleksander Kochanski en su trabajo "El sindicalismo latinoamericano: Materiales del archivo moscovita de la Internacional Sindical Roja", en: Estudios latinoamericanos, n.º 11, 1988, pág. 249-295. Lamentablemente Kochanski, también autor de una descripción general de la ISR en lengua polaca, no profundiza en detalles, a pesar de que viera los materiales correspondientes en el archivo de la ISR.

(7) Las actas de este congreso parecen haber sido publicadas solamente en ruso. Un resumen se encuentra en Resis, The Profintern, pág. 281-332.


(8) Su ponencia se publicó, junto con otras contribuciones a la discusión sobre las relaciones entre la ISR y la Internacional Comunista, como folleto en francés y en alemán.

(9) Compárese František Svátek, The Governing Organs of the Communist Internacional: their growth and compositions. 1919-1943, en History of Socialism Yearbook, 1969, pág. 179-226, aquí pág. 230.

(10) En todo caso, esta es la fecha que indica la biografía oficial del Malaja encyklopedija po meždunarodnomu profdviženiju (Pequeña enciclopedia sobre el movimiento sindical internacional), editado por la ISR, Moscú 1927, columnas 1296-1298.
(11) Véase František Svátek, The Governing Organs, pág. 230.

(12) Aparte de la publicación de las actas —editadas en alemán y en ruso— también se editó en forma de folleto en ruso y en inglés, con un epílogo del que más tarde fuera el líder del PC americano Earl Browder.

(13) Se conoce la fecha de su viaje por las indicaciones en Declaración de Andrés Nin, pág. 26. Pero hasta ahora el viaje no ha sido considerado en la historiografía del comunismo italiano. No lo mencionan ni Spriano en su monumental Storia del Partito comunista italiano, ni Cesar Pillon en la actualmente única descripción del trabajo sindical comunista (I comunisti e il sindacato, Milano 1972). Solamente en Tommaso Detti (Serrati e la formazione del Partito comunista italiano. Storia della frazione terzinternationalista 1921-1924, Roma 1972, pág. 418, hay una breve mención.

(14) Esto lo escribió en un artículo de La Batalla del 21.1.1937 "Nunca olvidaré aquel trágico 21 de enero", impreso de nuevo en Andreu Nin: La revolución española, Barcelona 1978, pág. 311-313.

Nunca olvidaré aquel trágico 21 de enero (1)

Nunca olvidaré aquel trágico 21 de enero, en que, en el crepúsculo de una de esas doradas tardes romanas, únicos en el mundo, llegó a mis oídos, anunciada por los vendedores de periódicos, la terrible noticia.

Ni yo ni los camaradas del Comité Central del Partido Comunista Italiano que estaban conmigo, nos resignábamos a aceptar la dolorosa realidad. La víspera de mí salida de Moscú para Italia, donde me dirigía en cumplimiento en una misión confiada por la Internacional, había hablado con uno de los médicos que atendían a Vladimir Illich. Su impresión era optimista. El estado del enfermo era delicado, pero “el viejo”- como se le llamaba familiarmente en el Partido- era un hombre excepcional y curaría, aunque no fuera más que por su extraordinaria fuerza de voluntad, ¡Con qué afán, con qué ardiente esperanza nos aferrábamos a esa impresión optimista, fruto exclusivo del inmenso deseo de que Lenin viviera, de que no nos abandonara en unos momentos en que cernían graves peligros que sólo él podía conjurar sobre la Revolución!

(1)Aunque se aparte del carácter de los artículos de Nin compendiados en el presente volumen, este breve trabajo tiene un valor testimonial indudable: en plena revolución española. Nin rememora la muerte de Lenin en enero de 1924 y el conocimiento que tuvo de ella cuando se hallaba en la Italia fascista en misión clandestina de la Internacional Comunista, trabajando estrechamente con militantes del Partido Comunista Italiano; y, como profundo colaborador en las tareas de la construcción del socialismo en Rusia, destaca los peligros, plenamente confirmados más tarde, que se cernían sobre la revolución rusa publicado en “La Batalla”, nº 148, 21 de enero de 1937.

La noticia, voceada por las calles de Roma, venía a echar abajo todas nuestras ilusiones. Nos lanzamos ávidamente sobre el periódico. No, no podía ser. Se trataría de un rumor sin fundamento. No era la primera vez que la prensa anunciaba la muerte del gran jefe de la Revolución rusa. Pero la noticia estaba allí, en primera página, encabezada con grandes titulares, y con la firma de una agencia de información solvente.

Sin embargo, no nos dábamos, no queríamos darnos por convencidos. Y mandamos un camarada poco conocido a la embajada soviética- hacía poco que la Italia fascista había reconocido oficialmente a la URSS- en busca de información. El emisario, a quien esperábamos angustiados, no tardó en volver. No era preciso preguntarle nada. La profunda tristeza reflejada en su rostro hablaba por él. No cabe la menor duda: Lenin, efectivamente, había muerto. Inclinamos la cabeza anonadados, y las lágrimas asomaron a nuestros ojos. Lenin el hombre más querido y más odiado del mundo, había dejado de existir. Rusia y el proletariado internacional acababan de perder a su guía genial. Al hombre que con su poderosa intuición, había impreso un formidable impulso a la historia y obtenido la primera gran victoria para la clase trabajadora. ¿Qué sería de la Revolución rusa? ¿Qué sería del proletariado internacional? Sombríos presentimiento entenebrecían nuestro espíritu. No nos comunicábamos en voz alta nuestros pensamientos, pero una misma preocupación, embargaba el ánimo de aquellos revolucionarios. Todos habían formado en la vanguardia del comunismo de los tiempos heroicos. Todos habían contribuido con entusiasmo a la fundación de la Tercera Internacional. Hoy, ningún de ellos forma en sus filas, de las cuales han sido expulsados, mientras los reformistas de toda laya les tratan de contrarrevolucionarios….

Los que hoy usan el nombre glorioso de Lenin para cubrir la averiada mercancía de su reformismo podrido no pueden comprender nuestro profundo, nuestro inolvidable dolor! Cómo pueden comprenderlo unos hombres que teníamos entonces al otro lado de la barricada, y que siguen hoy allí para combatir a los que permanecemos inquebrantablemente fieles a la doctrina del gran revolucionario! ¡Cómo pueden comprenderlo los que no han tenido nunca contacto directo con Lenin, que no lo han conocido más que a través de sus falsificadores!

Nuestros tristes presentimientos de aquel doloroso e inolvidable atardecer de enero han tenido posteriormente una trágica confirmación. La muerte de Lenin facilitó el ascenso de la burocracia que, al amparo del retroceso de la Revolución mundial, ha desnaturalizado progresivamente las gloriosas conquistas de octubre, ha llevado a la clase obrera de derrota en derrota en todos los países, ha conducido la Internacional Comunista a las posiciones reformistas y social- patrióticas como reacción contra las cuales ésta surgió en 1919, está procediendo al exterminio físico de toda la vieja guardia bolchevique y prepara metódicamente la “unión sagrada” para la nueva guerra imperialista que se aproxima. Inmensa es la tarea que se ofrece a los verdaderos revolucionarios históricos en que viven. Pero el ejemplo de Lenin nos reconforta y nos anima. El entusiasmo con que, veinte años atrás, saludamos a la Revolución rusa- aurora de la Revolución mundial- se mantiene hoy vivo en nuestro pecho, como entonces, y la fe inicial con que nos lanzamos a luchar por el comunismo no nos ha abandonado ni nos abandonará jamás. Nuevas y duras pruebas nos aguardan; pero forjados en el yunque de la Revolución de octubre, educados en las grandes luchas proletarias de este último cuarto de siglo, no nos arredraremos ante ningún dificultad, no vacilaremos ante ningún obstáculos, y fieles al espíritu del gran revolucionario, cuya muerte conmemoramos hoy, consagraremos hasta nuestro último aliento a la causa inmortal del socialismo, movidos como Lenin, por un santo odio por el régimen capitalista y una confianza infinita en la clase trabajadora.



(15) El fondo 534 en el antiguo archivo central de la KPdSU, actualmente Rossijskij centr chranenija i izu?enija documentov novejšej istorii (Centro ruso de conservación y estudio de documentos de la historia moderna).

(16) En Las organizaciones obreras internacionales, pág. 130,  138 y sig., caracteriza brevemente las tendencias dentro de la ISR y menciona la anécdota de que, durante una reunión al margen del III Congreso de la ISR en el año 1924, había discutido con Tomsky. Aquel había atribuido las protestas que siguieron a su discurso al hecho de que la traducción fuera errónea. Pero Nin le contestaba que, ya que dominaba el idioma ruso, sabría que no existía ninguna traducción errónea.

(17) La declaración de Nin "Chacun à sa place!" se encuentra p. ej. en Correspondance internacionale, no. 48, 6.5.1925, pág. 383. (En el n.º 75, 25.7.1925, pág. 609, seguía una breve noticia de la redacción, comunicando que había recibido un comentario de dos compañeros españoles, pero que, en vez de publicarlo, lo quería hacer llegar a los gremios competentes de la Internacional Comunista. Ya que no se dijo nada respecto al contenido, se puede suponer que se dudaba de la "sinceridad" de la retracción de Nin.) Las memorias de los dos comunistas españoles son: José Bullejos, La Comintern en España. Recuerdos de mi vida, México 1972, pág. 60-62, y Julián Gorkin, El revolucionario profesional. Testimonio de un hombre de acción, Barcelona 1975, pág. 137-141, 165 y sig.
(18) Andrej Nin. "Vyslan Stalinym i arestovan Berengerom" (Andreu Nin. Exiliat per Stalin i arrestat per Berenguer) en: Bjulleten' oppozicii, n.º 19, marzo 1931, pág. 35.

(19) Referente al NAS véase Erik Hansen - Peter A. Prosper, Jr., "The Nationaal Arbeids-Secretariaat between Two Wars. Revolutionary Syndicalism in the Nederlands, 1919-1940, en: Histoire sociale - Social History, n.º 27, mayo 1981, pág. 197-218. Acerca de las diferencias dentro del NAS, véase también Volkers Bultsma - Evert van der Tuin, Het Nederlandsch Szndicalistisch Vakverband 1923-1940, Amsterdam, pág. 24-39. Sobre el congreso, el NAS publicó un folleto que documentaba las conferencias de Sneevliet, Nin y de los representantes de los sindicatos comunistas ingleses en Belanggrijke rede vrevingen van het N.A.S. congres December 1925, Amsterdam 1926.

(20) Vénase las dos biografías: Fritjof Tichelman, Henk Sneevliet, Paris 1988; Max Perthus, Henk Sneevliet. Revolutionair-socialist in Europa en Azië, Nijmegen 1976. (Sneevliet fue fusilado por los nazis en 1942, durante la resistencia.).

(21) Véase "Declaración de Andrés Nin", pág. 26 y la noticia en la prensa del CGTU "Va-t-on liberér Andrés Nin?", en La vie ouvrière, no. 349, 29.1.1926. Acerca de la posible aceptación en la dirección de exilio del PCE véase Pelai Pagès, Historia del Partido Comunista de España. Desde su fundación en abril de 1920 hasta el final de la Dictadura de Primo de Rivera, enero de 1930, Barcelona 1978, pág.  98.

(22) La aparición de Nin está documentada en las actas, publicadas en ruso y en alemán.

(23) Nin no describió su relación con Losovsky en Las organizaciones obreras internacionales. Sólo lo caracteriza con las siguientes palabras que hablan por sí mismas: "Losovsky ... ha realizado el milagro de permanecer inquebrantablemente en su puesto, mientras todos los organismos soviéticos e internacionales han sido renovados varias veces radicalmente en el transcurso de estos últimos años" (pág. 87). Losovsky sirvió fielmente a Stalin durante varias décadas, pero como supuesto sionista fue víctima de la última purga antisemítica por parte de Stalin en el año 1952. Véase el estenograma de la reunión procedente del antiguo archivo del KPdSU, publicado en  Ju. T. Tuto?kin - F.I. Firsov, U vas gotov i prigovor. Kak Trockogo iskjucall iz Kominterna, en: Ote?estvennyje archivy, n. 1, 1992, pág.  76-88, aquí pág. 81.

(24) Pág. 180. El comunista francés y simpatizante de la oposición Pierre Pascal relata en sus memorias (Russie 1927. Mon Journal de Russie, Lausanne 1982, pág. 189) que cuando Nin había vuelto de China a principios de septiembre, le preguntó a Losovsky qué pensaba de la consigna de los sóviets para China. (Esta había sido emitida por Stalin, pero Losovsky todavía no lo sabía.) Él le contestó: "Ce serait une follie, personne n'y songe, rien de réel..." . No hace falta destacar que Losovsky luego siguiera fielmente incluso esta línea.

(25) Véanse las actas del cuarto congreso de la Internacional Sindical Roja, celebrado en Moscú del 17 de marzo al 3 de abril de 1928, pág. 179-185, 223 sig., 228-230, 235 sig., 338 sig.


(26) Véase David Alfaro Siqueiros, Me llamaban el Coronelazo, México, D.F. 1977, pág. 236.

(27) Véase Alejandro Gálvez Cancino, "Julio Antonio Mella: Un marxista revolucionario" en: Críticas de la economía política, n.º 30 , 1986, pág. 101-151, aquí pág. 118, y Robert J. Alexander, Trotskyism in Latin America, Stanford 1973, pág. 217. Mella fue asesinado en 1929 en circunstancias actualmente no del todo aclaradas. Posiblemente se trató de una acción estalinista debido a sus simpatías trotsquistas. Se  inculpó de este asesinato a Vittorio Vidall, alias Comandante Contreras, quien más tarde participaría también en la guerra civil española. Junco, uno de los encargados sindicales más importantes del PC de Cuba, era uno de los organizadores del trotsquismo cubano. Aparentemente lo asesinó un comando estalinista, pero cuando ya había roto con el trotsquismo.

(28) Perthus, Henk Sneevliet, pág. 341.

(29) De hecho existió un participante trotsquista en la reunión, el italiano Paolo Ravazzoli, quien había reorganizado en secreto los sindicatos italianos abandonados por su dirección reformista. Había sido elegido para la dirección de la ISR. A partir de principios de 1930 se declaró seguidor de la oposición trotsquista, por lo que la dirección del PCI de Tagliatti lo expulsó del partido y de los sindicatos. Quiso recurrir al congreso de la ISR contra esta actuación, pero la dirección de la ISR procuró que llegase de su exilio en Francia a la URSS tan tarde —contrariamente a todos los demás delegados italianos—  que ya no se celebraban reuniones plenarias del congreso. Solamente pudo aparecer en una comisión. Véanse los informes que publicó sobre este asunto el periódico de los trotsquistas franceses La Vérité en  verano de 1930.
 
  
Edición digital de la Fundación Andreu Nin, septiembre 2003



Reiner Tosstorff. Andreu Nin como líder del POUM.


Reiner Tosstorff. El POUM en la ilegalidad bajo Negrín




Reiner Tosstorff. Una tesis doctoral sobre el POUM  

Reiner Tosstorff

Frecuentemente recibo preguntas por mi tesis doctoral sobre la historia del POUM en la guerra civil española. Fue aceptada por la universidad alemana de Bochum en 1986 y un año después publicada por la editorial ISP de Frankfurt en alemán: Die POUM im spanischen Bürgerkrieg.

Lamentablemente no logré encontrar una editorial en España que quisiera correr el riesgo traducirla al castellano, así que hasta ahora la única manera de consultarla es su versión original. Si bien una parte muy reducida sirvió para mi artículo sobre “Nin como dirigente del POUM”. De todos modos también es posible consultar el libro en algunas bibliotecas en el estado español, como, p. ej., en la Biblioteca de Cataluña (Barcelona) y en algunas bibliotecas universitarias de Cataluña. Además el Centre d’Estudis Històrics Internacionals de la Universitat de Barcelona tiene un ejemplar de la tesis donde las citas están en el idioma original (mayotariamente de fuentes en castellano o catalán).

Para informar sobre el contenido incluyo una traducción del índice. El libro se basa principalmente en la prensa del POUM, en algunas entrevistas con antiguos militantes y en material de algunos archivos. Ya que, como es sabido, el archivo propio del POUM fue robado por la GPU, utilicé material de organizaciones y militantes que de una u otra manera tenían contactos con el POUM. Como, p. ej., de Willy Brandt, de Trotski, los militantes revolucionarios norteamericanos Hugo Oehler y Russel Blackwell (Rosalio Negrete), del KPO (grupo de Brandler y Thalheimer etc.).
 
  
Índice del libro
Prefacio
1. El desarrollo del comunismo español entre 1920 y 1934: Orígenes, estalinización y formación de grupos de oposición comunista
1.1. Desarrollo capitalista y movimiento obrero en España
1.2. El comunismo español en los años veinte
1.3. La fundación de la sección española de la Oposición Internacional de Izquierda
1.4. De la FCCB al BOC
1.5. La Izquierda Comunista
2. De la revolución derrotada hacia la formación del partido revolucionario
2.1. La alianza obrera: ¿Frente único en España?
2.2. Octubre de 1934: La revolución fracasada y derrotada
2.3. ICE y BOC hacen balance
2.4. La discusión en Cataluña por la construcción de un partido revolucionario unificado
2.5. La ICE contra el ‘entrismo’: ¿ruptura con el movimiento trotsquista internacional?
2.6. La formación del POUM: Su base política y organizativa
2.7. Rechazo de la fusión dentro del BOC: La facción Colomer - Estivill
2.8. Ninguna unificación con el ala izquierda de los socialistas
3. De las elecciones del frente popular hacia el golpe military: España en una situación prerrevolucionaria
3.1. Las elecciones en el febrero de 1936: La relación del POUM con el pacto del frente popular
3.2. La ruptura entre Trotsky y el POUM
3.3. El desarrollo del POUM de febrero de 1936 a 19 de julio
3.4. Una federación sindical del POUM: La formación de la FOUS
4. Después del 19 de Julio: El POUM y la organización de la revolución
4.1. El golpe militar provoca la revolución
4.2. El doble poder en Cataluña: El Comité Central de la Milicias Antifascistas
4.3. El POUM en la revolución: Julio de 1936
4.4. El POUM en la revolución: Agosto - Septiembre de 1936
4.4.1. El POUM por un gobierno obrero
4.4.2. La disolución de la FOUS
4.4.3. La relación internacional de fuerzas contra la revolución
4.4.4. Las organizaciones obreras forman parte de los gobiernos de Madrid y Barcelona
4.5. El POUM en el gobierno catalán: Septiembre – diciembre de 1936
4.5.1. La política del gobierno catalán: Anulación del doble poder y canalización de la revolución
4.5.2. Nin como ministro de justicia
4.5.3. La CNT: Frentepopulismo en lugar de una alianza revolucionaria con el POUM
4.5.4. La ofensiva estalinista contra el POUM
4.5.5. El comienzo de las exclusiones en la UGT catalana
4.5.6. El POUM es expulsado del gobierno catalán
4.6. El comité central de diciembre de 1936: Un primer balance interior
5. De la expulsión del gobierno hasta la ilegalización del POUM: La contrarrevolución estalinista
5.1. De la supresión de la situación revolucionaria hacia la preparación de la provocación: El POUM desde diciembre de 1936 hasta abril de 1937
5.1.1. El POUM: ¿sin protección contra la calumnia?
5.1.2. El ataque contra las conquistas ‘legalizadas’ de la revolución
5.1.3. El ataque contra el POUM: Aumento de expulsiones sindicales y primeras medidas de prohibición
5.1.4. Confrontaciones dentro del PSOE y oposición revolucionaria dentro del anarquismo: ¿Un reagrupamiento del movimiento obrero?
5.1.5. ¿Un frente único revolucionario CNT-POUM?
5.2. Los días de mayo en Barcelona
5.2.1. Hacia la confrontación: preparación y primeros tropiezos
5.2.2. El preludio de la lucha en Barcelona: La ocupación de la Telefónica por fuerzas gubernamentales
5.2.3. El curso de la lucha en Barcelona del 3 al 7 de mayo: Entre la caída de la Generalitat y la autolimitación anarquista
5.2.4. Los días de mayo en el frente
5.2.5. Los días de mayo en la provincia catalana
5.2.6. Los días de mayo – ¿una provocación? Entre mitos de la propaganda estalinista y valoración histórica
5.2.7. La discusión en el POUM después de las luchas: Justificación del CC y críticas internas
5.3. El POUM en la defensiva: Mayo – junio de 1937
5.4. El POUM ante su congreso: ¿Hacia una confrontación interna?
5.4.1. De la heterogeneidad a la formación de alas
5.4.2. Ala derecha
5.4.3. … y izquierda
5.4.4. La dirección del partido y la preparación del congreso
5.4.5. Las discusiones preparatorias
6. El POUM y la revolución social 1936/37
6.1. El POUM y las colectivizaciones en la industria
6.2. El POUM y las colectivizaciones en el campo
6.3. La política militar del POUM: ¿Un ‘ejército rojo’ en España?
6.3.1. Concepciones del POUM de un ejército revolucionario contra el ejército popular republicano-comunista.
6.3.2. La columna del POUM en el frente de Aragón
6.3.3. Las milicias del POUM fuera de Cataluña
7. El POUM: ¿eje de una nueva internacional?
7.1. La revolución española – punto de partida de una nueva internacional
7.2. El POUM recibe solidaridad internacional: ayuda material y voluntarios internacionales
7.3. La propaganda internacional del POUM
7.4. De la conferencia de Bruselas hasta el conflicto con el SAP: El POUM entre el Buró de Londres
7.5. … y los grupos revolucionarios independientes
7.6. El POUM y el trotsquismo
8. El POUM perseguido por el gobierno frentepopulista de Negrín
8.1. La represion contra el POUM: instigadores, víctimas y solidaridad
8.2. La legalización de la represión contra el POUM: su expulsion de sus últimas posiciones legales
8.3. Las actividades clandestinas del POUM: La linea política y las discusiones internas
8.4. Un proceso de Moscú en España
8.5. La huida
9. El POUM después de 1939: hacia la disolución
9.1. El exilio del POUM en la vigília de la guerra mundial: Entre la emigración a América Latina y la confrontación interna
9.2. El POUM y los intentos de continuar el socialismo internacional de izquierdas 1939/40: El FOI y el CMRI
9.3. La emigración del POUM durante la segunda guerra mundial: participación en la resistencia y profundización de la lucha fraccional
9.4. Reanudando el trabajo en España
9.5. La escisión 1945/46
9.6. ¿Caída del franquismo? El surgimiento de la lucha antifranquista
9.7.De la derrota en España hacia una organización exclusiva en el exilio: La via hacia la auto-disolución
10. Epílogo
 

Edición digital de la Fundación Andreu Nin,  julio 2004


 La Internacional Comunista y la Internacional Sindical Roja
III CONGRESO DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA (22 de junio-12 de julio de 1921)



Vida, obra y muerte de Andreu Nin




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