domingo, 9 de febrero de 2014

El mercado laboral alemán: las sombras de sus buenos datos contra el paro. La pobreza oculta del “milagro alemán”



La pobreza oculta del "milagro alemán"
06-02-2014
Marcelo Justo  BBC Mundo

En una eurozona estancada, la locomotora alemana parece haber encontrado la fórmula para repetir el milagro de la posguerra: baja tasa de desempleo, crecimiento económico y aumento de las exportaciones. Pero este brilloso escaparate esconde una realidad social impensable para la cuarta economía mundial y segundo exportador del planeta. Este mercado laboral flexibilizado explica una aparente paradoja reflejada en el Informe Social de 2013 publicado por la Oficina Federal de Estadística alemana. Según el informe, el nivel de empleo alcanzó en 2012 un récord histórico de 41,5 millones de personas, pero el número total de horas trabajadas estaba por debajo del alcanzado en 1991. "Cada vez hay más gente que trabaja a medio tiempo sea voluntariamente o porque no le ofrecen otra cosa", señalaba el informe.


La pobreza de un país rico
Esta precariedad laboral se ha visto acompañada por un aumento del "riesgo de pobreza". Según el indicador oficial "se considera precaria la situación de una unidad familiar cuando sus ingresos no superan el 60% de los ingresos medios de todo el país". En moneda constante y sonante se trata de todo el que se encuentre por debajo de 848 euros por mes (equivalente a US$1.158). En términos estrictamente numéricos es evidente que un pobre en Alemania no es tan pobre como en América Latina. Pero si se toma en cuenta el costo de la vida en Alemania, la dureza del invierno europeo y el salario mensual de los miniempleos (450 euros) la película cambia. A pesar de que el empleo ha crecido en los últimos diez años, hoy más de un 16% de la población se encuentra en "riesgo de pobreza" en comparación con el 15,2% de 2007. El incremento puede parecer mínimo, pero refleja una nueva premisa social: no basta tener empleo para escapar de la pobreza. Según el investigador alemán Sebastian Dullien, autor de "Capitalismo decente", los cambios de la última década están creando un nuevo modelo. "La doble reforma del sistema de seguridad social y el mercado laboral ha aumentado enormemente la pobreza y la desigualdad. Nos estamos convirtiendo en un país de bajos salarios", indicó Dullien a BBC Mundo.

Mundo global, trabajo flexibilizado
El punto de partida fue la Agenda 2010, una reforma impulsada por el canciller socialdemócrata Gerhard Schroeder en 2002 para combatir los retos de la globalización. Ese año el crecimiento germano fue 0% y había una alta tasa de desempleo considerada "crónica". Muchos economistas llamaban a Alemania el "enfermo de Europa", impotente para hacer frente a la competencia de China y los países asiáticos. Según el jefe de investigación del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, Hans Kundnani, la Agenda 2010 favoreció a los empresarios en detrimento de los trabajadores. "Para competir globalmente los empresarios estaban trasladando su producción a países con costos laborales más bajos. Esto forzó a los sindicatos a aceptar una moderación salarial. De manera que los que no trabajaban vieron una caída de su nivel de vida por la reforma de la seguridad social y los que sí tenían trabajo no sintieron que se beneficiaban de este llamado 'segundo milagro' alemán. A esto se sumó el empleo flexibilizado que contribuyó a bajar más el costo laboral germano", indicó a BBC Mundo Kundnani. El sistema de negociación tripartito sindicatos-empresas-gobierno, instaurado después de la Segunda Guerra Mundial, allanó el camino para que se hiciera este ajuste, pero si se considera que el aumento del PIB entre 2002-2012 fue del 1,2%, el desempeño económico está lejos de ser un "milagro"."Tuvimos un par de años bastante buenos, pero el crecimiento no ha sido tan fuerte. El estancamiento salarial produjo una caída del nivel de vida y de nuestro consumo doméstico", indicó Dullien a BBC Mundo.

El largo plazo

A los índices de pobreza, hay que añadir una crisis que está golpeando muy fuerte a los jubilados. El cálculo oficial es que un 30% recibe una pensión de 688 euros por mes (US$928). La intervención de la seguridad social ayuda a complementar este ingreso, pero la actual flexibilización del mercado laboral pasará a la sociedad una cuenta sombría. Según un reciente informe del Ministerio de Trabajo las cotizaciones de las personas con miniempleos a los fondos de pensiones públicas les dará un derecho de unos 3,11 euros al mes (US$4,19) por año trabajado. Con la edad jubilatoria a los 67 años, se puede calcular que alguien que haya tenido miniempleos en hotelería o restaurantes, tendrá una pensión mensual de unos 140 euros (US$189) al jubilarse. Según Sebastian Dullien es una situación que no solo afecta a los miniempleos. "Hay trabajos de tiempo completo que pagan unos 5 euros la hora (US$6,75). La pensión de este tipo de salarios también se situará por debajo de la línea de la pobreza", indicó a BBC Mundo.
Un modelo en aprietos

A pesar de estos datos Alemania ha sido calificada como un "milagro" debido a que atravesó dos crisis internacionales –el estallido financiero de 2008 y la de la deuda soberana de 2010– con un nivel de crecimiento que, sin ser excepcional, fue notable si se lo compara con el resto de la eurozona. Pero este milagro está comenzando a disiparse. En 2010 y 2011 la economía creció un 4,2% y 3% respectivamente en parte recuperando el terreno perdido durante la recesión económica mundial de 2009 (contracción del 5,1%). Desde entonces la historia ha cambiado. En 2012 el crecimiento fue del 0,7%. En 2013 un 0,5%. Son porcentajes comparables con los años de crisis de principios de siglo. Aun así, la canciller Angela Merkel fue reelecta en septiembre, aunque se vio obligada a formar una coalición con los social demócratas para gobernar. El precio que los social demócratas pusieron al pacto fue un mejoramiento de las condiciones sociales, entre ellas, un salario mínimo, un aumento de las pensiones e inversión en infraestructura. Este nuevo pacto no significa el fin de la flexibilización. Según Hans Kundnani, la globalización seguirá imponiendo condiciones. "Este es un dilema para todas las economías desarrolladas. El problema es que Alemania intentó competir con las economías emergentes en base a los precios y no en base a la innovación y la inversión. Las nuevas medidas impulsadas por los social demócratas es posible que aumenten el consumo. El argumento de la derecha es que con este salario mínimo habrá pérdidas de trabajo", indicó a BBC Mundo Kundnani.



Nota del editor de este blog:
Como prensa burguesa utiliza el concepto interclasista de ciudadano, como muchos partidos de izquierda y sindicatos de clase. Ciudadanos es todos los burgueses o pequeños burgueses y como marxista utilizo el concepto de clase obrera




El mercado laboral alemán: las sombras de sus buenos datos contra el paro

Alemania cerró 2012 con su tasa de paro más baja en 20 años.

 Sin embargo, estas cifras esconden un alto porcentaje de trabajo en precario y también un creciente número de empleados con turnos extremos.

Cerca de 3 millones de personas con trabajo en Alemania perciben sueldos que les sitúan al borde de la pobreza. Los mini-empleos también han servido para maquillar las cifras de empleo alemanas. Las bajas por exceso de horas trabajadas se han disparado.

24.02.2013 

La buena salud del mercado laboral alemán "enferma" a sus ciudadanos, en parte porque los récords de ocupación esconden un alto porcentaje de trabajo precario y también por el creciente número de empleados sometidos a turnos extremos.


Alemania registró en el último trimestre de 2012 una nueva cuota histórica de ocupación, con 41,9 millones de ciudadanos (de los 82 millones de habitantes) cotizando en la seguridad social, según cifras difundidas esta semana por la Oficina Federal de Estadística (Destatis).

La primera economía europea cerró 2012 con la tasa de desempleo más baja en 20 años (6,8%), una situación envidiable en medio de la crisis de la zona euro, que tampoco ha empañado el repunte de enero (300.000 desempleados más), considerado propio del invierno alemán.

Otras cifras menos positivas, asimismo recientes, apuntan a que cerca de 3 millones de personas con trabajo en Alemania perciben sueldos tan bajos que están amenazadas con caer en la pobreza y la marginalidad.

Entre siete y nueve millones de ciudadanos trabajan en régimen de mini-empleos (a tiempo parcial o hasta 40 horas mensuales), de forma que no son desempleados pero su cotización al seguro de jubilación es mínimo, por lo que en el futuro percibirán pensiones mínimas

Horas extra no remuneradas, cada vez más
A esas situaciones, reveladas por un estudio de la Fundación Bertelsmann, se sumaron ahora cifras igualmente alarmantes, difundidas por el diario Süddeutsche Zeitung y que reflejan los daños colaterales de la "flexibilización" del mercado laboral.

Cada vez son más los ciudadanos con jornada laboral completa que trabajan en turnos extremos, sean de fin de semana o nocturnos, que extienden su jornada laboral con horas extras no remuneradas o que sufren los efectos de la permanente libre disponibilidad "de facto" fin de semana o en turnos nocturnos consecuencia de ello es el creciente cómputo de bajas por agotamiento físico, según datos revelados esta semana por el informativo de la televisión pública ZDF: de los 33,6 millones de días de baja de 2001 se pasó a 55,5 millones en 2010.


Más trabajo en fin de semana

Este aumento discurrió en paralelo al del número de empleados que trabajan regularmente en fin de semana o en turnos nocturnos.


Más de una cuarta parte de los empleados en Alemania (un 25,3%) trabaja en fin de semana, según la estadística facilitada por el Ministerio de Trabajo, a petición del opositor partido La Izquierda. El porcentaje ha ido en aumento desde 2001 (entonces un 20,6%), como lo ha hecho el de las personas que trabajan de forma regular o ocasionalmente en turnos nocturnos (actualmente un 10%).


La ministra de Trabajo, Ursula von der Leyen, en unas declaraciones a ese canal público, atribuía la evolución a una "adaptación" a la realidad actual y a los imperativos crecientes del sector servicios. Durante décadas Alemania fue una especie de excepción entre las grandes potencias, con horarios comerciales draconianos: los comercios cerraban a las 18.00 horas entre semana o a las 12.00 horas en sábado, con prohibición estricta de apertura el domingo.


Estas leyes se empezaron a suavizar durante el gobierno socialdemócrata-verde de Gerhard Schröder (1998-2005), quien en su segunda legislatura implantó una reforma estructural que flexibilizó el mercado laboral.


Las condiciones de trabajo se han endurecido y ha crecido asimismo hasta dos millones el cómputo de empleados (un tercio más que en 2001) que prolongan su jornada más allá de las 48 horas semanales, de forma regular y no remunerada


Los sectores más afectados por esta prolongación "de facto" de su jornada laboral son docentes, ingenieros y consultores, de acuerdo a las cifras del ministerio.


El departamento de Trabajo asume asimismo que esta evolución lleva implícito un incremento del estrés laboral y de las secuelas físicas, en forma de simple agotamiento físico, o psíquicas, en forma de "síndrome de 'burn-out' o de desgaste profesional".


La ministra Ursula von der Leyen recomendaba esta semana, desde la televisión pública, "tomarse las pausas prescriptivas" y "desconectar" una vez culminada la jornada laboral, en lugar de someterse al "pseudo-imperativo" de la permanente disponibilidad.




Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/1738305/0/alemania/trabajo/turnos-extremos/#xtor=AD-15&xts=467263

Los socialdemócratas alemanes asumen la cartera de Economía en la coalición con Merke

Como contraste a los militares.
Alemania planea crear guarderías en los cuarteles y permitir jornadas parciales en el ejército


Se duplica el número de alemanes que necesitan un «minijob» para poder vivir
Por Kaos. Internacional  Jueves, 06 de febrero de 2014
Los famosos minijobs alemanes se han convertido en los últimos años en la salvación de muchos ciudadanos del país teutón que han convertido los 450 euros mensuales que estos empleos tienen como retribución en su segunda fuente de ingresos.



La pobreza en Alemania (ver el reportaje)








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