martes, 29 de octubre de 2013

EN MEMORIA DE LOS SEIS MINEROS MUERTOS AYER EN LEÓN




Publicado el por PDLD

A las mujeres y hombres del carbón y a tod@s y cada un@ de nosotr@s:

La muerte ayer de otros seis mineros en el pozo Emilio de la empresa Hullera Vasco Leonesa es ya no un drama que golpea en los corazones de l@s trabajador@s con conciencia de clase sino en los de cualquier persona con un mínimo de empatía y solidaridad con el dolor humano.

La lucha, en estos tiempos de crisis que prácticamente sólo paga la clase trabajadora, de los mineros de toda España, y especialmente de los leoneses y asturianos, ha sido un ejemplo de entereza, dignidad, resolución y conciencia de clase cuando tant@s se identifican sólo como ciudadan@s y tan pocos como trabajador@s, como si les avergonzara serlo y pretendieran que eso de las clases sociales y de la lucha de clases es una cosa desfasada y obsoleta y viviéramos en el “bonito mundo” de la conciliación de intereses capital-trabajo y de las desclasadas clases medias; justo cuando éstas, en gran medida una falacia, porque no lo son quienes viven de un salario, por alto que éste sea, están viéndose cercenadas a gran velocidad.

El cinismo del Ministro de Industria y Energía, presentándose, cual plañidera, a mostrar sus condolencias a las familias de las víctimas; el cinismo de ese Ministro de un Gobierno de ultraderecha que ha despreciado y reprimido la lucha de los mineros y de la clase trabajadora -a la que ahora pretende acallar con su criminal Código Penal-, contra sus políticas de austericidio, en beneficio de la clase capitalista a la que representan, es insultante.

Este es el Gobierno que ha condenado el futuro de la minería en España, mientras algunos “ambientalistas” le han hecho los bises con aquello de que el carbón es contaminante y caro por subvencionado, sin ofrecer, ni unos ni otros, una alternativa a las miles de familias afectadas.

L@s miner@s son esa vanguardia a cuya decencia han intentado insultar tanto los representantes del poder económico y del gobierno como sus palmeros mediáticos y los reaccionarios e ignorantes políticos, que les hacen los coros con aquello de que los hombres y las mujeres de la minería son unos privilegiados, como dicen también de funcionari@s y emplead@s públicos.

L@s miner@s son esas personas que cada día se juegan la vida por un salario medio de apenas 1.200 euros mensuales; nada que ver con tanta mentira inventada por los sirvientes del poder económico. Un salario de sudor, carbón, sangre, silicosis y muerte. “¡Y aún dicen que el carbón es caro!”, podríamos clamar, recordando el magnífico cuadro de Joaquín Sorolla que retrata la imagen de un pescador herido, atendido por sus compañeros. Sí, demasiado caro en vidas y sacrificios de quienes extraen a la tierra el negro tesoro.

Vivimos tiempos en los que el desclasamiento, la insolidaridad y la repugnante insidia de una parte de los oprimidos hacia quienes comparten su misma condición, y se distinguen por su alto nivel de conciencia y combatividad, constituyen un precio demasiado caro; un coste muy elevado para los derechos sociales y las libertades que ayer conquistaron nuestros abuelos y padres, con mucha más conciencia de clase que gran parte de sus herederos.

Sólo la recuperación de nuestra conciencia e identidad de clase, la solidaridad y la lucha del conjunto de l@s trabajador@s puede revertir ese proceso. Para ello necesitamos que nuestras organizaciones políticas y sindicales defiendan, de verdad, a su clase, y no pretendan, bajo un ciudadanismo desclasante representar a todo el mundo, opresores y oprimidos. Los opresores no son sólo esas 30 familias españolas más ricas que el discurso pseudoprogre y postmoderno nos vende como únicos malos de la película que se nos presenta bajo falso título de “El 99% contra el 1%”, como si en ese 99% no hubieran otros explotadores no tan inmensamente ricos pero igualmente explotadores de sus emplead@s.

Estamos en un momento en el que si no ponemos desde nuestra clase, la trabajadora, todo el esfuerzo para lograr que el miedo cambie de bando, pronto no nos quedará otra que escondernos temblando bajo la piedra que cada un@ aisladamente encuentre y rezar para que el próximo golpe alcance a otr@s y no a nosotr@s.

Ell@s, l@s miner@s, son el puente entre nuestro pasado y nuestro futuro como clase. El hilo rojo que, si se rompe, nos dejará perdidos, sin memoria, ni identidad, ni medio de saber de dónde venimos y a dónde queremos ir.

Ell@s, l@s miner@s, con sus luchas, nos han marcado otro camino, un camino duro, difícil, de represión y combate pero de decencia y esperanza en nuestra emancipación.

Que la tierra os sea leve a los caídos, compañeros. Como dijo otro gran pintor, Castelao, “No entierran cadáveres. Entierran semillas”.



Santa Barbara bendita - Nuberu



https://www.youtube.com/watch?v=0-HiJ-8_22o#t=33

Accidentes mineros en León

 


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