viernes, 31 de mayo de 2013

Marinaleda y la lucha de clases en Andalucía





Por Antonio Torres  Jueves, 30 de mayo de 2013

Le he añadido algunos enlaces al artículo

 

O tenemos muy presente que “reportajes” como el emitido el pasado viernes por La Sexta sobre Marinaleda se incardinan dentro de esa gran complejidad de elementos en continuo movimiento que es la lucha de clases, o nuestra crítica se puede convertir en un simple grito moral sin consecuencias prácticas en la lucha diaria

Con todo mi cariño revolucionario al pueblo trabajador de Marinaleda y a Juan Manuel Sánchez Gordillo

La lógica indignación se respira en el ambiente y las caras de enfado no se pueden disimular a estas alturas. De nuevo, como en 1980, Marinaleda está otra vez en el punto de mira, en el ojo del huracán mediático. Aunque los contextos sean muy diferentes, los motivos, prácticamente, siguen siendo los mismos: el papel del SAT, antes del SOC, de Marinaleda, y de su alcalde Juan Manuel Sánchez Gordillo tanto en la reactivación de la lucha obrera y popular contra la crisis, como también de ejemplo de superación de la misma a través de otras políticas económicas y sociales.

Es en este lugar donde debemos ubicar el reportaje del programa Equipo de Investigación emitido por La Sexta el pasado viernes 24 de mayo, lo cual nos lleva inevitablemente a la cuestión de la agudización de la lucha de clases y de las diferentes y muy variadas formas que ésta adquiere. Ha sido muy común tanto en el movimiento comunista como en el movimiento revolucionario en general reducir la lucha de clases a un mero conflicto obrero/patrón, o a lo sumo, a convocatorias de huelgas generales como máxima expresión de esa lucha de clases. Cuando Marx afirmaba que la historia de todas las sociedades existentes hasta ahora era la historia de la lucha de clases se refería no a las manifestaciones concretas de ésta, sino a mucho más, se refería a la lucha por el poder, a la necesidad que tiene toda clase social de constituir su poder y mantenerlo en el tiempo. En este punto, hay que comprender la importancia de la ideología en la constitución y prolongación en el tiempo del poder de una clase social, es más, en el modo de producción capitalista, especialmente en su fase actual imperialista, la lucha ideológica cobra una importancia estratégica, vital, en el cual los medios de comunicación deben ser máquinas perfectamente engrasadas y listas para producir “contenidos ideológicos” que legitimen el poder actual y consigan la aprobación de la clase obrera y los sectores populares oprimidos hacia sus opresores y explotadores.

Teniendo en cuenta esta visión, más nos vale desprendernos de toda interpretación mecánica de la lucha de clases, es decir, de todos los apriorismos, y sobre todo, de tomar las consecuencias como causas, especialmente en momentos de crisis sistémica como los que estamos viviendo, ya que como decía Gramsci en sus conocidos Cuadernos de la cárcel: “Los hechos ideológicos de masas están siempre retrasados con respecto a los fenómenos económicos de masas [...] el impulso automático debido al factor económico es retardado, obstaculizado o incluso destruido momentáneamente por elementos ideológicos tradicionales”. Igualmente, al respecto son fundamentales las siguientes palabras del gran comunista italiano: “En realidad se puede prever “científicamente” sólo la lucha, pero no los momentos concretos de ésta, que no pueden sino ser resultado de fuerzas contrastantes en continuo movimiento, no reducibles nunca a cantidades fijas, porque en ellas la cantidad se convierte continuamente. Realmente se “prevé” en la medida en que se actúa, en que se aplica un esfuerzo voluntario y con ello se contribuye concretamente a crear el resultado “previsto”.

O tenemos muy presente que “reportajes” como el emitido el pasado viernes por La Sexta sobre Marinaleda se incardinan dentro de esa gran complejidad de elementos en continuo movimiento que es la lucha de clases, o nuestra crítica se puede convertir en un simple grito moral sin consecuencias prácticas en la lucha diaria. La indignación ante la mentira, la manipulación o incluso hasta la crueldad y la falta de escrúpulos con que es tratado Juan Manuel Sánchez Gordillo en ese “reportaje” está más que justificada, pero debemos ir más allá de la lógica indignación. Por tanto, si lógica es nuestra indignación, lógico es también que el poder establecido de la gran oligarquía imperialista española produzca “reportajes” como ese.

En realidad, es absurdo pensar que nuestras acciones como Sindicato, que van mucho más allá de la defensa inmediata de los derechos de los trabajadores, y que suelen ser auténticos dardos que se clavan en el mismo corazón del régimen de la oligarquía española, van a pasar desapercibidas para el poder; es absurdo pensar que “vamos a salir de rositas” porque son acciones “justas y legítimas” y encima llevadas a cabo con el mayor de los cuidados.  Hemos de ser conscientes de que nuestro delito no es otro que luchar contra el poder establecido.

El creer que la justeza y la legitimidad de nuestra lucha y reivindicaciones puede llevar a que ésta sea así reflejada por los medios de comunicación es un grave error. El que nuestras acciones sean recogidas por los grandes medios de comunicación incluso ya de fuera del Estado español, o que los compañeros Diego Cañamero o Juan Manuel Sánchez Gordillo  acudan a platós de televisión no nos debe hacer perder la perspectiva ni por un instante. Interesamos mientras seamos “espectáculo”, mientras “demos juego”, nada más. Por supuesto, eso debemos aprovecharlo políticamente, tal y como se está haciendo, pero teniendo en cuenta la perspectiva indicada y sin hacernos más ilusiones de las estrictamente necesarias, es decir, entramos en el “juego” porque nos interesa, pero sabiendo que en ese “juego” las reglas no las ponemos nosotros y que el terreno donde “juagamos” no es el nuestro.

Dentro de esa lucha de clases, la cuestión nacional andaluza tiene mucha más importancia de lo que en un primer momento pudiera parecer. No se trata solamente de que el SAT sea un sindicato de ámbito andaluz o de que Marinaleda está situada en Andalucía, sin más consecuencias. La cuestión va mucho más allá, aunque a algunos no les interese entrar en esta cuestión.

En el aspecto nacional hay una serie de elementos que no debemos perder de vista: el primero de ellos nos remite a la actualidad mediática y tiene que ver con la tenaz persistencia por parte de los grandes medios de comunicación españoles en dar una determinada imagen general de Andalucía y, particularmente, del mundo rural y de los obreros del campo andaluz. Esto no es nuevo, es más bien ya un tema recurrente;  prácticamente, el “reportaje” de La Sexta hacía hincapié en esa imagen de una Andalucía subvencionada y vaga, quizá lo novedoso al respecto, hasta cierto punto,  fue la imagen que se proyectaba de Juan Manuel Sánchez Gordillo como si fuera un “cacique”, pero “comunista”.

La cuestión de las subvenciones fue el  principal ariete contra el “modelo” de Marinaleda insistiéndose en la idea de que sin subvenciones ese modelo sería impensable. Al respecto, la manipulación fue bastante burda, ya que se daban datos presupuestarios pero sin ser contrastados con las subvenciones que reciben otros municipios vecinos a Marinaleda, como por ejemplo Estepa, El Rubio o Herrera. Al respecto, los compañeros de Kaos en la Red han hecho público una serie de datos que demostrarían que las transferencias corrientes y de capital de otras instituciones a Marinaleda son similares o incluso inferiores a la media andaluza (http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/58383-un-ejemplo-de-cómo-la-sexta-arremete-contra-la-izquierda-con-mentiras-marinaleda.html). Pero, podemos ir incluso  un paso más allá: en el caso de que Marinaleda esté recibiendo más subvenciones que otros municipios estaría justificado, ya que Marinaleda, a diferencia de sus vecinos más cercanos, ha arrastrado históricamente una serie de problemas y deficiencias sociales estructurales que esos municipios vecinos no han padecido o al menos no los han padecido con la misma crudeza que Marinaleda. De cualquier manera, ¿algunos de estos “reporteros” de La Sexta nos puede decir qué problema hay en destinar el dinero de las subvenciones a mejorar la calidad de vida de una población?, supuestamente para eso sirven, porque en ningún caso se pudo demostrar desviación de fondos públicos, quizá era eso lo que estos “reporteros” andaban buscando y para su desgracia no encontraron.

El segundo elemento, siguiendo la línea de la actualidad mediática, aunque fundamentalmente el hecho de que tanto Diego Cañamero como Juan Manuel Sánchez Gordillo den “juego” mediático son por las acciones que desarrolla el SAT, no hay que dejar de tener en cuenta que también lo son porque los medios de comunicación pretenden presentarlos como “estereotipos”, es decir, como “los comunistas de un territorio atrasado”, personajes pintorescos que tienen su gracia y su chiste, son andaluces y para los españoles siempre tenemos “nuestra gracia”, pero que, en todo caso, están fuera de lugar en la España “moderna” del siglo XXI, hasta dan una mala imagen al exterior, justamente en estos momentos en los que tanto se habla de la marca España.

Es la cara y la cruz de entrar en el “juego”, por un lado, nos da la oportunidad de llevar nuestro mensaje y de abrir una brecha y eso es importantísimo, pero por otro, nos intentan ridiculizar, estereotipar, desprestigiar y, cómo no, criminalizar.

El tercer elemento es de mucho más calado. Aunque Marinaleda es un ejemplo que hasta cierto punto traspasa fronteras, no es menos cierto que Marinaleda está inserta históricamente en una realidad social, económica y cultural: Andalucía, que está sufriendo una auténtica emergencia social, siendo el 36% de paro un solo botón de muestra. Esta cuestión cobra aún mucha más importancia si tenemos en cuenta el carácter soberanista andaluz del SAT y que el Sindicato es muchas veces el “referente político” de la izquierda soberanista andaluza, es decir, el punto de encuentro de las diferentes sensibilidades del soberanismo andaluz, pero también de importantes sectores de la izquierda revolucionaria y los movimientos sociales contestatarios en Andalucía. Este hecho no pasa inadvertido para el régimen español, sobre todo para sus servicios de información. Marinaleda y el SAT pueden ser el banderín de enganche de un movimiento popular de lucha por la soberanía nacional andaluza cuya meta sea poner en práctica aquella mítica canción del grupo de rock sevillano Reincidentes: “Andalucía entera como Marinaleda”, y eso, no lo dudemos, es analizado y tenido en cuenta por los servicios secretos del régimen español, no es ninguna “conspiranoia”, es muy real. Que la lucha de clases en Andalucía adquiera esa politización que la reivindicación nacional le puede dar supone un peligro muy considerable no solo ya para el régimen español, sino para los imperialistas europeos y también norteamericanos, con sus bases militares de Rota y Morón.

Quedaría una última reflexión a tener en cuenta ya fuera de la cuestión nacional andaluza, este tipo de “reportajes” no dejan de ser una cortina de humo, es decir, sirven para desviar la atención. A muy poca gente se le escapa que actualmente en el Estado español existe material inflamable sobre el que investigar y arrojar luz, antes que intentar desmontar “el milagro de Marinaleda”.

La lucha de clases se da también en el terreno de las ideas, ya que las ideas burguesas contribuyen a mantener la dominación de la clase explotadora sobre los explotados. La burguesía logra imponer estas ideas debido a que, gracias a su poder económico, controla las instituciones a través de las cuales se difunden las ideas: radio, prensa, televisión, cine, escuelas, universidades, etcétera. Las ideas de la burguesía penetran en todas las actividades de la sociedad e incluso logran introducirse en los organismos de la clase obrera si ésta no logra mantener una actitud de permanente vigilancia”, Marta Harnecker, “Clases Sociales y lucha de clases”, 1979.

Artículos relacionados:



 


 

 

 

Huelga general en Euskal Herria




LA PDLD APOYA LA HUELGA GENERAL EN EUSKADI Y NAVARRA Y LAS MANIFESTACIONES EN TODO EL ESTADO

30 mayo, 2013

La situación actual exige una auténtica solidaridad entre la clase trabajadora.

Para que ese objetivo se logre es exigible una auténtica solidaridad entre los sindicatos de clase que necesita traducirse en una unidad de acción en la lucha.

Hoy jueves 30 de mayo de 2013 se ha convocado una huelga general en Euskadi y Navarra por parte de la mayoría sindical (ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE, Hiru, CNT y CGT) y social (más de medio centenar de colectivos) de los cuatro territorios históricos. El objetivo es el de dar una respuesta contundente y de clase al intolerable empobrecimiento de los trabajadores, al masivo desempleo y la pérdida de servicios públicos y derechos.

Desde la Plataforma en Defensa de las Libertades Democráticas (PDLD) apoyamos firmemente tanto la huelga como las numerosas manifestaciones convocadas por la CNT en apoyo a dicha huelga general en todo el territorio español.

Enlace a la manifestación de Madrid, este jueves 30 de mayo a las 19:00h (desde Atocha a Tirso de Molina)


Es ante situaciones de lucha como ésta cuando se hace notar el silencio de los sindicatos mayoritarios en el Estado español, tan preocupados por hacerse necesarios al Gobierno y a la CEOE y por mantener artificialmente un “diálogo social” cuyo único destino es el de procurar la desmovilización de la clase trabajadora ante las agresiones del capital.

Las oportunidades perdidas tienen un alto coste para nuestra clase. Euskal Herría y sus trabajador@s están dando un ejemplo a seguir de combatividad y firmeza al resto de nuestra clase en otros territorios del Estado.

Es hora de fijarnos en lo positivo y de estar con l@s que luchan y dan un paso al frente en defensa de nuestra clase y de las libertades de las que tanto necesitamos para sostener nuestra resistencia frente al capital y sus gobiernos.

Fuente:

 
 

Huelga general en Euskal Herria: Amplio seguimiento de la huelga, según los sindicatos


[Seguimiento] Hego Euskal Herria de nuevo en la calle, de nuevo en Huelga General


 


 

DECLARACIÓN DE LA PERMANENTE NACIONAL

El SAT quiere hacer público su apoyo a la huelga general convocada por LAB y la mayoría sindical y social vasca, para el próximo jueves 30 de mayo




Los convocantes califican de «exitosa» la huelga y destacan la «abrumadora» respuesta


La octava huelga general desde el inicio de la crisis económica


 

 

POESÍA DEDICADA A DIEGO CAÑAMERO VALLE


Pinchar la foto se verá mejor


Voz de los jornaleros de Andalucía
Ejemplo de sindicalista revolucionario
Clara voz de rebeldía
de miles de gritos proletarios

Sindicalista consecuente y combativo
Siempre le intentarán silenciar
con los muros de palabras de la necedad
Siempre por el poder establecido

Sigue siempre en la lucha, compañero
Nunca te rindas, sigue combatiendo
por mejorar la vida de los jornaleros
que en Andalucía siguen resistiendo

Tu sindicato es ejemplo de lucha y dignidad
frente a aquellos que meten puñaladas traperas
a los trabajadores, a la clase obrera
y caen en la espiral de la necedad

Fuente:


 Diego Cañamero responde del reportaje-manipulación de la SEXTA


1 | 3 Diego Cañamero en "Espejo Público" de Antena 3. Junto a Sánchez Gordillo, al banquillo.
http://www.youtube.com/watch?v=2lUamD2SAE0

2 | 3 Diego Cañamero en "Espejo Público" de Antena 3. Junto a Sánchez Gordillo, al banquillo.
http://www.youtube.com/watch?v=YBAANFztSKg

3 | 3 Diego Cañamero en "Espejo Público" de Antena 3. Junto a Sánchez Gordillo, al banquillo.
http://www.youtube.com/watch?v=tg0EOaQyL_Y



 

 

Edición de literatura y revolución de Víctor Serge en La Cosecha Anticapitalista




Le he añadido casi todos libros que hace referencia Pepe Gutiérrez y algunos enlaces ilustrativos y aclaratorios


Por Víctor Serge

Jueves, 30 de mayo de 2013

Literatura y revolución, el libro que ahora edita La Cosecha Anticapitalista, apareció originariamente en 1932 en los Cahiers Blue de la editorial de George Valoios.

Prólogo de Pepe Gutiérrez-Álvarez

Literatura y revolución, de Víctor Serge. Una introducción.

El nombre de Víctor Serge fue uno de los que, ya por entonces, comenzaron a “sonar” en nuestros círculos compuestos por estudiantes desafiantes y por jóvenes obreros ávidos de conocimientos. Por este hilo me viene a la memoria que por allá 1966 o 1967 uno de mis amigos universitarios llegó a una de nuestras reuniones con uno libro de Víctor Serge, y además publicado legalmente, algo que siempre suscitaba el comentario de alguien que decía algo así como: “Vaya usted a saber”.

Aún y así, nuestro grupo de lectores ávidos, ya un tanto distanciados de los jóvenes comunistas, tan entusiastas como ajenos a aquel afán por leerlo, se había aclarado sobre la cuestión. La habíamos tenido con una revista igualmente legal llamada Índice que no nos ofrecía precisamente confianza a pesar de que algunos de sus artículos, como los que Juan Gómez Casas sobre el sindicalismo revolucionario, nos había servido para debatir de lo lindo, e incluso habíamos hecho copias a máquina y en papel cebolla. Ya sabíamos que el régimen había aprendido de la derecha internacional en general, y de sus colegas norteamericanos, a instrumentalizar autores revolucionarios contra el “comunismo” donde nosotros ya habíamos establecido una férrea distinción con el “estalinismo” que según y cómo, podía ser justo lo contrario. A veces decíamos cosas muy fuerte, tales como “! Stalin ha matado más comunistas que Hitler y Franco juntos ¡”, que dejaba bocabierto a nuestros amigos del partido.

El título de aquel ejemplar era El caso Tulav, obra escrita por Víctor Serge poco antes de su muerte (1947) y editada por la no menos equívoca editorial Luis de Caralt en 1954 (en traducción de Jesús Ruíz), y mi amigo universitario aseguraba que era mucho mejor que El cero y el infinito, de Arthur Koestler, y con esta recomendación me quede con ella unas semanas durante las cuales pude percibir que Serge tenía más claro que nosotros la diferencia entre “comunismo” y “estalinismo”. En líneas generales, mantengo la memoria de que Serge ofrecía una panorámica de Rusia de finales de los años treinta, rememora con detalle las trágicas consecuencias de las “purgas” de la que se había librado en 1936 gracias a las gestiones de André Gide y de una potente campaña internacional ya que Serge, aunque ciudadano del mundo, era medio francés y escribía en esta lengua. También sabíamos que había escrito un potente testimonio de la huelga general española de agosto de 1917 en El nacimiento de nuestra fuerza de la que existía una edición de 1931, y que alguien guardaba tenía por algún sitio, quizás el “compañero García”, el veterano cenetista que era algo así como una biblioteca andante, primero porque te pasaba los libros caminando, luego porque todo aquello, parecía un riesgo mayor que cualquier aventura del caballero de la Triste Figura.

También recuerdo un largo capítulo sobre la derrota de la revolución española y las implicaciones del aparato estalinista en la Barcelona que había sido obrera, y como se pasa a un ambiente que preludia los prolegómenos de la II Guerra Mundial. En éste contexto es donde tiene lugar el asesinato de Tulaev, émulo de Serguei Kirov, que había sido uno de los hombres de Stalin, y que sirve de pretexto para un alud de detenciones, destierros y ejecuciones, de un monstruoso agujero negro que acabará con toda la generación revolucionaria. No había una sola línea del libro que no estuviese escrita desde la perspectiva de un antiguo anarquista nacido en el seno de una familia de emigrados rusos ferviente antizaristas.

No hace mucho que requería a Juan Manuel Vera, de la Fundación Andrés Nin madrileña un ejemplar de la novela que figuraba en su catálogo (pero que ya no tenía), y menos todavía cuando conversaba con Andy Durgan las posibilidades de editar Ciudad sitiada en la magnífica traducción del poeta republicano Tomás Segovia (y en manos extraviadas en los vericuetos de las sugerencias a El Viejo Topo), y Andy que la había leído en fechas más recientes, me aseguraba que el caso Tulaev, con toda probabilidad, era la mejor novela que se había escrito sobre el “gran terror” estaliniano. Lejos quedaban los tiempos que la Fundación había publicado al menos un par de “dossier” sobre Víctor Serge que, entre los primeros compañeros de Trotsky y de Nin en la Oposición de Izquierdas rusa e internacional, el mejor amigo del POUM. De ahí que todos los poumistas fueran del maíz que fueran, hablaran con entusiasmo de él y con él ya que mantuvo una extensa correspondencia con algunos de ellos..

Esperemos que esta edición sea algo así como la señala para otros libros, al igual que sucedió en los años sesenta-setenta con parte de su obra, entre ellas El año 1 de la revolución rusa (Siglo XXI, Madrid, 1972), uno de los mejores libros sobre Octubre; Los años sin perdón (Planeta, Barcelona, 1977), que abunda en la misma materia, sin olvidar Medianoche en el siglo (Ayuso, Madrid, 1976), dedicado a los líderes del POUM asesinados o encarcelados...Como no podía ser menos, Fontamara publicó Todo lo que un revolucionario debe saber sobre la represión, un breve estudio sobre los métodos de la policía zarista sobre el que la LCR hizo un uso de manual como lo habían hecho los camaradas galos. Lástima que no se hiciera de sus Memorias de un revolucionario, igualmente traducida también por Tomás Segovia, y sobre la que Siglo XXI de México ha hecho una reedición reciente ilustrada con dibujos de su hijo, el destacado pintor Vlady Serge. Estas memorias han contado finalmente con una muy cuidada edición española en la editorial Veintisiete Letras y que recomendamos con la convicción de que se trata de unas memorias comparables a Mi vida, de Trotsky, aunque con más perspectiva por lo demás sobre el inicio del gran terror estalinista contra la vieja guardia bolcheviques.

Dada la infame sequía editorial que ha conocido su obra en los últimos treinta años, no debe de haber muchos jóvenes que conozcan a este singular escritor exiliado de nacimiento, ligado a la subversión prácticamente desde su más temprana infancia, alguien como Serge sobre el que Susan Sontang dice en su muy anticomunista y discutible prólogo: “Serge fue para mí un ejemplo de la fusión de dos cualidades opuestas: la intransigencia moral e intelectual con la tolerancia y la compasión. Aprendí que la política no es sólo acción...” Y yo añado: del que también podría haber aprendido que puede (y deber ser) acción colectiva, debatida e ilustrada, amante de la verdad, algo a lo que la muy individualista escritora norteamericana no siempre resulta fiel, no hay más que leer algunos de sus totalmente injusto y falsos comentarios sobre Trotsky.

Nacido en 1890 en Rusia, criado en Bélgica, militó a comienzos del siglo XX en la radicalizada Joven Guardia socialista de Bruselas, pero no tardó en ligarse con los anarquistas franceses, concretamente con los llamados “ilegalistas”, allí conoció al padre de Jean Vigo, y conoció la cárcel durante 5 años por sus no probadas implicaciones con la audaz banda de Bonnot. Escritor militante desde que nada más salir denunció el sistema penal francés en Los Hombres en la cárcel (y que según nos cuenta Carmen Castillo, se ha convertido en una suerte de best seller entre los presos, y se vinculó con los internacionalistas que se oponían a la “Unión Sagrada”, época en la que colaboró con grandes del sindicalismo revolucionario galo como Alfred Rosmer y Pierre Monatte, y con un tal Trotsky. Viajero incansable, Víctor vivió en la Rosa de Fuego donde se hizo amigo de Salvador Seguí. Sería en Barcelona donde nació como Víctor Serge ya que adoptó el seudónimo para escribir en el semanario Tierra y Libertad y como tal firmó la ya cita páginas catalanas de El nacimiento de nuestra fuerza, obra que está esperando su reedición (y nueva traducción) a gritos.

No hace mucho que el urbanista (y antiguo izquierdista luego moderado y finalmente resucitado) Jordi Borja, la citaba en uno de su artículo, ¿Hay un camino a la izquierda?:

La ciudad fue nuestra universidad política y como los ciudadanos de la revolución francesa nuestra patria fue la izquierda, la resistencia al franquismo, las causas populares, las esperanzas generadas por las ideas y los combates compartidos. Recuerdo haber leído hace muchos años El nacimiento de nuestra fuerza de Victor Serge, crónica novelada de la Barcelona obrera de 1916, relato dominado por la presencia de Darío, que así llama al líder sindicalista el Noi del Sucre. Darío, contemplando la ciudad desde la montaña le dice al cronista: esta ciudad la hicimos los trabajadores, la burguesía nos la ha arrebatado pero un día la conquistaremos, y será nuestra”.

Conmocionado con la Revolución rusa como tantos otros, Serge se incorporó a las tareas revolucionarias en Rusia aprovechando tanto su carácter de políglota como sus variadas relaciones con el anarcosindicalismo y el sindicalismo revolucionario, fracciones que desde la naciente Internacional Comunista se consideraban capitales para contrarrestar la previsible influencia socialdemócrata En Moscú trató nuevamente con su alma gemela, Alfred Rosmer, personaje no menos legendario, entre otras muchas cosas, autor de uno de los testimonios más fehacientes de aquellos primeros años: Moscú en tiempos de Lenin (Ed. ERA, México, 1982, tr. de Ana Mª Palos), con Nin y con Joaquín Maurín, que años más tarde escribió que "Víctor Serge era claro y sincero; señalaba los defectos y las virtudes, los errores y los aciertos".

Con semejantes actitudes y con un entusiasmo a toda prueba, Víctor Serge desarrolló una intensa actividad en la Internacional, de entrada fue el principal animador de La Correspondencia Internacional (Imprecor), revista prestigiosa en su tiempo. Por entonces, Zinoviev le confió misiones importantes en Berlín y en Viena, ciudades que vivían una notable efervescencia revolucionaria. Sacando tiempo del sueño, escribió obras como El año I de la Revolución rusa, Petrogrado en peligro (1919), amén de toda clase de ensayos, por ejemplo sobre la revolución china de 1927, una faceta sobre la que se ha hablado poco pero sobre la que existe un hermoso libro publicado en Italia. Su nombre figuraba también entre los artistas y poetas y fue amigo de poetas Esenin y Mayakovsky, así como de escritores como Pasternak y Mandelstan. Años más tarde, su testimonio sería fundamental para mantener la memoria de lo que había sido la literatura rusa de los primeros años más creativos de la revolución.

Serge fue entonces abogado de anarquistas y anarcosindicalistas, muchos de los cuales no le perdonaron su adhesión al bolchevismo, su apreciación de figuras como Lenin y Trotsky, pero su impronta libertaria se hizo notar como militante de la Oposición de izquierdas rusa desde el primer momento. Luego, ya en los años 1927-1930, cuando Stalin comenzaba a deportar a los oposicionistas rusos, pero que no se atrevía aún a perseguir a los revolucionarios extranjeros conocidos, Víctor Serge y Andrés Nin, amigos fraternales desde 1921, constituyeron, con Alejandra Bronstein (primera esposa de Trotsky), uno de los escasos núcleos de resistencia organizada al despotismo burocrático. Sobre estos años, Víctor será, después de Trotsky, el más infatigable e informado opositor. Obras como las de Panait Istrati (Vers l´autre flame) de la que Victor Serge fue coautor aunque eso no consta en la edición, o el Regreso de la URSS, de Gide, por no hablar de la temprana biografía de Stalin que escribió Boris Souvarine, le deben mucho a sus consejos e influencia.

Nuevamente liberado, Serge asumió con una voluntad de hierro y una energía sorprendente una labor excepcional de desmitificación del estalinismo y la defensa de sus compañeros, militantes e intelectuales perseguidos, deportados y asesinados. Poco antes de su deportación, Serge había logrado enviar una carta-testamento a la entonces trotskista, la escritora Madeleine Paz, en la que decía que era "un resistente absoluto en tres principios: defensa del hombre, defensa de la verdad y defensa del pensamiento". Tanto es así, que en cuanto se produjo el primer proceso de Moscú, Serge creó el "Comité de defensa de la libertad de opinión en la Revolución" y publicó Dieciséis fusilados. El proceso Zinoviev-Kamenev-Smirrnov, el primer análisis serio y preciso sobre el terror estalinista y los procesos de brujería que organizó la GPU y contra los que sólo se levantaron el POUM en España y pequeñas minorías del movimiento obrero y algunos pocos intelectuales de izquierda, sobre todo los surrealistas con los que Serge tuvo una poderosa afinidad a pesar de que su escritura es más deudora de Balzac y de Zola que del fantástico.

Muy poco tiempo después, ese mismo Comité tuvo que promover una fuerte campaña internacional en solidaridad con el POUM, para exigir una investigación sobre el paradero de Andreu Nin. En aquella época, Serge mantuvo una intensa correspondencia y un arduo debate con Trotsky en el que sobresalieron dos puntos: la cuestión del POUM, al que Serge apoyaba sin condiciones, y las condiciones para crear una nueva internacional, proyecto que Serge estimaba como precipitado y estrecho. Víctor Serge prosiguió incansablemente su actividad en defensa de sus camaradas de la URSS y de España. "Fue verdaderamente -escribió Serge años después- la lucha de un puñado de conciencias contra el aplastamiento completo de la verdad, en presencia de crímenes que decapitaban a la URSS y preparaban para pronto la derrota de la República española".

Al mismo tiempo, Serge siguió trabajando como escritor, traduciendo a Trotsky al francés, suya es la mejor versión que se conoce de La revolución traicionada, obra que, por cierto fue traducida al castellano por Juan Andrade y estaba de publicarse en la Editorial Marxista cuando estallaron las jornadas de mayo de 1937 en Barcelona y todo lo demás. . También hizo obra propia, títulos como los ya mencionados, y otros como De Lenin a Stalin, Retrato de Stalin, así como Destino de una Revolución, recuperada por Los Libros de la Frontera (Barcelona, mayo 2010) en una edición muy cuidada, con prólogo de Wilebaldo Solano que falleció antes de ver la edición en las librerías ...La ocupación alemana le llevó al México de Lázaro Cárdenas donde falleció en 1947 después de una última fase en la que reconsideró algunas de sus concepciones marxistas para adoptar otras de mayor vocación humanista. Es evidente que la experiencia estaliniana le marcó profundamente, sin embargo, en sus novelas no se aportó ni un milímetro de las ideas ni de la gente con las que había combatido. Nunca habría aceptado esa frívola amalgama entre verdugos y víctimas que plumas como la de Susana Sontang (y no digamos otras todavía menos rigurosas), pueden llegar a decir o a casi decir.

Antes escribió junto con Natalia Sedova, un libro fundamental: La vida y la muerte de León Trotsky...Un pequeño dato que desdice algunas de las opiniones aventuradas que Susan Sontag destila en su brillante pero a veces extrañamente mal informado prólogo de esta edición de El caso Tuláyev en traducción de David Huerta, y que recomiendo con el mismo entusiasmo con que lo leí hace añora cerca de cuarenta años, y por lo que he podido comprobar, se trata de un entusiasmo ampliamente compartido. Tanto es así que la editorial Capitán Swing la ha vuelta a publicar...

Literatura y revolución, el libro que ahora edita La Cosecha Anticapitalista, apareció originariamente en 1932 en los Cahiers Blue de la editorial de George Valoios. Algunos de sus capítulos fueron traducidos por Juan Andrade para la revista Comunismo, órgano teórico de la Izquierda Comunista española liderada por Nin y Andrade. Hubo una nueva edición francesa en 1976 en chez François Maspero. En mayo de 1978 la publicó Editorial Fontamara de Barcelona, y casi al mismo tiempo apareció de la Biblioteca Júcar. En traducción de Eduardo Méndez Riestra, que comprendía además un apéndice ¿Literatura proletaria?, y un anexo con comentarios del traductor en los que reafirma la autonomía de la escritura en relación a cualquier otro factor, incluyendo la revolución proletaria. Dado que existen otros materiales de Víctor Serge sobre estas cuestiones, hemos preferido realizar una edición juntando el citado apéndice y estos materiales.

Hay que entender Literatura y revolución, como una suerte de prolongación de la famosa homónima de León Trotsky, su principal camarada de aquellos años. Aborda casi los mismos problemas y debate con las mismas escuelas, e igualmente, refleja un punto de vista que tanto Trotsky como el propio Serge, modificarían en los años treinta como consecuencia de sus propias reflexiones y del curso que había tomado la URSS bajo el mandato totalitario de Stalin. Obviamente, tanto los temas como muchos de los autores con los que polemiza, quedan actualmente muy lejanos cuando no son pastos del más absoluto olvido. Incluso algunos de los más renombrados del momento como Julien Benda, han quedado apartados de la historia. Pero esto no desmerece el interés de esta obra que aborda, entre otras muchas cosas, el papel de los escritores e intelectuales en el sistema capitalista, los problemas de los trabajadores para acceder a la cultura, etc.

Inmerso en un activismo extraordinario, Serge demuestra que no se ha olvidado de estar al tanto de la marcha de las letras en la URSS y en Francia, ni ha dejado de preocuparse por los problemas teóricos y éticos que plantea este debate.

En su preparación, hemos tratado de corregir las erratas originales y las propias del escaneado, también hemos ordenado las notas a pie de página de una manera que nos ha parecido más clara y asequible.

Descargar archivos:

·         Literatura y revolución (45 download)


 

Treinta años después de la Revolución Rusa, Víctor Serge en pdf


 

 

Treinta años después de la Revolución Rusa, Víctor Serge en word


Julián Gorkin  La muerte en México de Víctor Serge



MEMORIA DE UN ESCRITOR COMBATIENTE  VICTOR SERGE  Wilebaldo Solano


 

 

 

miércoles, 29 de mayo de 2013

La estrella de 8 puntas




Introducción:

Le he añadido algunos enlaces al artículo, encontrareis  entre otros el libro de Ignacio Olagüe  LA REVOLUCIÓN ISLÁMICA EN OCCIDENTE (en el artículo le he puesto una síntesis de la obra por Identidad Andaluza, (este es libro completo) Ignacio Olagüe es “Los árabes no invadieron jamás España”

Paco Albaduli

La mayoría de los pueblos tienen algún símbolo que, consciente o inconscientemente, les identifica o creen sentirse identificados ante los demás. Los pueblos con una fuerte personalidad y antigua tradición histórica son los que más palpable hacen su simbología. Ejemplo claro es el de los judíos y su símbolo archiconocido de la estrella de seis puntas, también llamada Estrella de David. En el caso de Andalucía vamos a ver un símbolo que llena toda la vida andaluza y que curiosamente pasa desapercibido a la gran mayoría de la población a pesar de que se encuentra en multitud de sitios. Me refiero a la estrella de ocho puntas, un símbolo que ha existido a lo largo de toda la historia de Andalucía de una manera consciente o inconsciente.

Parece ser que el origen de la estrella de ocho puntas está en la mitología y la religiosidad tartéssica adoradora del sol. Es el astro rey un símbolo definitorio de la Andalucía más antigua. Desde los remotos tiempos del neolítico los andaluces adoraban al sol y lo representaban con ocho rayos. Los andaluces turdetanos representaban esta estrella en sus monedas como un claro símbolo político, en una época de plena independencia andaluza. Los andaluces béticos, al no ser independientes, se limitaban a representar la estrella en la mayoría de sus mosaicos. Los andaluces que derrotaron a D. Rodrigo, escogieron la estrella de ocho puntas como símbolo político y lo pusieron en las primeras monedas que acuñaron. El califato independiente de Al-Andalus utilizó profusamente la estrella, incluso en algunas de sus monedas. También el reino nazarí lo incluyó en algunos pendones además de utilizarla profusamente en la decoración. Los mozárabes y mudéjares andaluces llevaron la estrella de ocho puntas por todo el norte de la Península y los musulmanes y moriscos andaluces la difundieron por el Magreb y el Oriente Medio. Nuestros albañiles han seguido poniendo la estrella en las iglesias y en los azulejos de nuestros pueblos. Hoy, período de libertad en Andalucía, además de usarse la estrella como símbolo decorativo, algunos partidos y asociaciones lo utilizan conscientemente como símbolo identificativo.

La estrella de ocho puntas se puede ver en fragmentos de cerámica de la Cueva de la Carigüela de Piñar, en la cueva del Pozuelo o en la de la Mujer, en Alhama de Granada. Este mismo sol con ocho rayos viene representado en el conjunto de la Cueva de Jimena de la Frontera (Cádiz) junto a otros signos en una disposición que parece representar una antigua escritura jeroglífica. Curiosamente también aparecen estrellas de ocho puntas en la escritura jeroglífica del célebre disco de Festos encontrado en un palacio minoico de Creta en la ciudad de Festos, que según los expertos no guarda ninguna relación con los demás testimonios de la escritura minoica ni con las demás escrituras jeroglíficas conocidas.

Ya Blas Infante hacía referencia a este disco señalando que había en él signos del neolítico andaluz. Por la disposición de los signos parece una escritura en verso (a la memoria me viene la cita de Estrabón en la que habla de las leyes en verso de los Tartessos). En un catálogo del Museo Nacional de Atenas existe la foto de un precioso collar de oro, perteneciente a la colección de Stathatos fechado en el siglo IV y que el propio catálogo lo califica de origen desconocido. En este collar aparecen multitud de círculos con la estrella de ocho puntas dentro y de cada una de ellas cuelgan cabezas de toros y bellotas alternativamente. Para mí este collar es claramente tartéssico por los símbolos tan andaluces que representan; el toro, la bellota y por supuesto, la estrella de ocho puntas, símbolo que aparece con profusión en Andalucía en aquella época, e incluso con una clara significación política como lo atestigua el estar representado en las monedas andaluzas de la época Turdetana y primera época romana. En las monedas de Malaca, Sexi, Iptuci, Kastilo, Acinipo, Asido, todas ellas ciudades andaluzas turdetanas, aparece la estrella de ocho puntas; (LA MONEDA IBÉRICA, Catálogo de numismática, edita CUADERNOS DE NUMISMÁTICA).En muchas de estas monedas aparece un toro, animal sagrado en la civilización tartéssica, debajo de la estrella de ocho puntas o debajo de una media luna creciente. Una curiosidad importante de señalar es la existencia en Cerdeña de monedas en las que aparece un toro y encima una estrella de ocho puntas y que según Lorenzo Forteleoni en su libro " le emissioni monetali della Sardegna" representa el culto al toro que ya se daba en la Cerdeña prehistórica. Recordemos que en la mitología tartéssica el rey Norax fundó la ciudad de Nora en Cerdeña.

Por lo tanto podemos deducir que la estrella de ocho puntas es un símbolo político y decorativo que utilizan los andaluces en una época de plena soberanía como es la tartéssica-turdetana.

Más adelante, en la época Bética, en la que Andalucía conserva una amplia autonomía dentro del imperio romano, la estrella aparece con carácter decorativo en bastantes mosaicos de la época, como el que existe en la Alcazaba de Málaga con la estrella que está datado de época romana y en la ciudad de Itálica. Quizás sea la estrella entrealzada el elemento que identifica a los mosaicos béticos frente a los norteafricanos y los de la propia Italia.

Es con la revolución islámica que se produce en Andalucía en el siglo VIII cuando la estrella de ocho puntas aparece claramente como un signo político de identificación. En el año 712 se acuñan monedas en Andalucía donde aparece una estrella de ocho puntas y una inscripción en latín que dice "este SOLIDO fue grabado en SPANIA en el año 93" (año de la Hégira que corresponde al 712 de la era cristiana).VER EL CATALOGO OFICIAL DE "AL ANDALUS, LAS ARTES ISLÁMICAS EN ESPAÑA", PAG. 386 Unos años más tarde, en el 716, aparecen monedas del mismo tipo, estrella de ocho puntas y leyenda en latín, pero en el reverso aparece en árabe, empleando por primera vez la palabra Al-Andalus. Este tipo de monedas son los únicos testimonios contemporáneos en los inicios de la revolución islámica, pues todos los textos que se refieren a esta época y que hablan de invasión árabe, están escritos varios siglos después y según los especialistas como Levi-Provençal "los relatos que nos dan son de una autenticidad sospechosa". Por lo tanto, estas monedas son fundamentales como únicos testimonios de la época con escritura árabe (hasta ahora) que demuestran que no fue una invasión árabe sino una islamización que se inició en unas minorías dominantes y acabó cuajando en el conjunto de la población. A este respecto hemos de señalar aquí el estudio de Anna M. Balaguer de la Asociación Numismática española, de Barcelona en GACETA NUMISMÁTICA, NÚMEROS 42 Y 43, DE 1976. que señala dos hechos de capital importancia que vienen a corroborar la idea de islamización autóctona y no de invasión árabe. La primera es la diferencia sustancial entre las monedas de la época acuñadas en el norte de África y en Andalucía. En las del Magreb, en las monedas anteriores al año 85 de la Hégira aparecen por una cara dos bustos y por la otra una columna montada en una escalinata. Estas monedas, reconoce A.M.Balaguer, son de clara imitación bizantina y no llevan grabado nada que haga pensar que sean musulmanas, ni la leyenda que es claramente cristiana, aunque no católica sino posiblemente arriana como señala Ignacio Olagüe en su libro LA REVOLUCIÓN ISLÁMICA EN OCCIDENTE, ni tampoco llevan el año de la Hégira que no aparece hasta las monedas del año 714, curiosa y sospechosamente, (para los que sigan manteniendo la teoría de la invasión musulmana desde África) dos años después de que aparecieran en Andalucía. Estas primeras monedas en las que aparece el año de la Hégira siguen siendo latinas, pero mientras que en las del norte de África aparece una columna sobre escalinata, en las de Andalucía aparece la estrella de ocho puntas. Estos datos indican una clara evolución autóctona en el proceso gradual de islamización que arranca desde un substrato arriano-preislámico hasta los inicios de una clara islamización autóctona una vez derrotadas las fuerzas de Rodrigo que representaban el politeismo-católico y el centralismo toledano. Otros datos que tendrían que hacer reflexionar a los partidarios de la teoría de la invasión es por qué los invasores no impusieron desde primera hora el auténtico dinar musulmán que instauró el califa de Damasco Adb al-Malik en el 698, y que en Occidente no aparece hasta el 719, así como el poco dominio en la correlación entre los años cristianos y los de la hégira ya que aparecen varias equivocaciones entre ellas como la de una moneda fechada en el 91 de la h. (710)-sic-. Otra curiosidad es el especial esmero que pone el tallador en las leyendas latinas que aparecen en las monedas bilingües, en contraposición con las latinas monolingües.

El uso de la estrella de ocho puntas en ésta época no es exclusivo de los andaluces pro-musulmanes, sino que los de credo cristiano también lo utilizan en sus construcciones, tanto dentro como fuera de Andalucía. La historiografía nos habla de que muchos andaluces de la época emigran hacia el norte debido a la inestabilidad político-religioso-económica de Al-Andalus, sobre todo a mediados y finales del siglo IX. Estos andaluces, muchos de ellos clérigos, llevan su arte, entre otras cosas, hacia sus nuevos hogares en el norte. Y también llevan sus símbolos, entre ellos la estrella de ocho puntas que en sus aplicaciones decorativas adquiere diferentes formas, (lobuladas, octagonales, etc.) Así, encontramos estrellas de ocho puntas en sus diferentes versiones, además de otras características del arte andaluz de la época como el arco de herradura, en varios rosetones calados de la iglesia de San Miguel de Lillo (Oviedo). En la puerta de Santa María de Ripoll (Girona)-la de las traducciones de las obras de Al-Andalus-. En el conjunto de iglesias pre-románicas de Terrassa encontramos las claras huellas de estos andaluces que colocan en la cúpula del Abside de la iglesia de Sta. María una gran estrella de ocho puntas formada por dos cuadrados cruzados igual que la que aparecía en los mosaicos de la Bética e igual que la que haría suya el reino nazarí de Granada. También aparecen estrellas en los murales de la misma iglesia así como una fuente octagonal en el baptisterio de S. Miguel de Terrassa, del mismo conjunto monumental, encima de la cual pende una lámpara de platillo, del mismo estilo a la que el arqueólogo Gómez Moreno encontró en la ruinas de Elbira, con un círculo metálico en la que tiene calada una estrella de ocho puntas, todo ello rodeado de columnas y arcos al mejor gusto cordobés. También aparece una fuente octagonal en los baños de Gerona construidos en 1194. Pero no sólo aparece la estrella en la arquitectura sino que también aparece en códices y en telas como la que aparece en el catálogo de la exposición Al-Andalus, Granada 1992, pág 224. llamada "franja del pirineo" de claro estilo califal cordobés y en ella los intersticios se rellenan de cintas con perlas, que forman mitades de estrellas de ocho puntas y elementos florales de tipo califal, el propio catálogo nos dice también que tradicionalmente se había pensado que esta pieza, descubierta en una iglesia de los pirineos, formaba parte de un almaizar o tocado musulmán. Sin embargo, un análisis reciente nos hace suponer que se trata de una franja ornamental que sirvió como guarnición a otra pieza, quizá a un paño de tapicería como el del obispo de Barcelona don Arnaldo de Gurb. A finales del siglo XI con la dominación de los intransigentes religiosos Almorávides se produce una nueva ola emigratoria de andaluces hacia el norte, sobre todo de clérigos que pueblan los monasterios del norte. Estos clérigos andaluces también llevan la estrella de ocho puntas consigo y la plasman en sus obras, un ejemplo claro de ello es la multitud de estrellas que aparecen en el Beato (códices) realizado en el monasterio de San Sebastián y Santo Domingo de Silos a finales del siglo XI. Una inspección ocular en todos los monumentos de la zona norte de aquella época en los que se ve claramente la mano de constructores andaluces seguramente nos haría descubrir bastantes estrellas de ocho puntas.

De los talleres de Medina Azahara salieron una serie de botes y arquetas,, entre ellas la del monasterio de Leyre (Navarra) en las que aparece una peculiar estrella de ocho puntas en forma lobulada. Curiosamente esta misma forma lobulada aparece en una singular moneda acuñada por Pedro I de Castilla y que según don Antonio Orol Pernas en GACETA NUMISMÁTICA, número 42,pág. 17,Barcelona "se acuñó en la ceca de Sevilla y podemos pensar que Pedro I mandó labrar esta excepcional moneda como homenaje perpetuo a la que fue SU SEVILLA". Por la misma época también aparecen monedas parecidas en Portugal y Francia pero son con cuatro lóbulos en vez de los ocho que tiene la "sevillana".

En la Andalucía islámica abundan multitud de representaciones de la estrella, tanto en sentido decorativo como en sentido político-religioso. Esta utilización aparece en todos los períodos, ya lo hemos visto en las arquetas y botes de la época califal, así como en algunas monedas califales, también aparece en los reinos taifas, tanto en decoración de edificios, en telas, en grabados de coranes y en joyería (como la magnífica estrella de ocho puntas, de oro, expuesta en la exposición Al-Andalus de Granada. Lo mismo sucede en la época Almorávide y Almohade. Después de la dominación extranjera beréber, muy pronto los andaluces vuelven a utilizar la estrella de ocho puntas como símbolo político, pues aparece como lema central del pendón que se conserva en el Monasterio de las Huelgas, pendón que Alfonso X arrebata a los andaluces en una de sus campañas y que erróneamente se le había considerado tradicionalmente como perteneciente al sultán almohade que fue derrotado en las navas de Tolosa.(ver catálogo oficial de la exposición Al-Andalus, pág. 362). Los nazaritas granadinos son los que dan un gran auge a la expansión de la estrella como símbolo político y decorativo, en todas sus construcciones, azulejos, taraceas, telas, coranes, como tragaluz de los baños, e incluso en la empuñadura de la espada de Boabdil aparece una preciosa estrella de ocho puntas. Generalmente la representación de la estrella en la época nazarita se hace de una forma entrelazada, aunque también existe en los azulejos de la Alhambra una forma muy peculiar de estrella que curiosamente aparece como logotipo de la actual caja General de Granada. Esta misma forma de representar la estrella aparece en un rosetón mudéjar de la Iglesia de la Virgen de Guadalupe en Cáceres.

Con el arte mudéjar, que nace en la Andalucía recién conquistada y se expande por la península, también viaja la estrella de ocho puntas. Los famosos alarifes andaluces firman sus obras con esta estrella, símbolo de su identidad como pueblo. Se supone que en la extensión de la estrella por el reino de Aragón algo tuvieron que ver los más de diez mil granadinos que Alfonso "el Batallador" se llevó a Aragón después de su incursión en Granada en el año 1125.

Los andaluces llevan la estrella de ocho puntas también al norte de África, en la época califal (no olvidemos que parte del Magreb pertenecía al Califato de Córdoba) encontramos estrellas en el almimbar (especie de escalinata de madera que servía para que el orador acceda a un sitio elevado) más antiguo de los conservados en Marruecos: el de la mezquita de los andalusíes de Fez. Tiempo después los andaluces deportados por los Almorávides y Almohades al norte de África, primero, y los moriscos granadinos después, vuelven a llevar la estrella al Magreb.

En Oriente medio también aparecen estrellas de ocho puntas. La cultura sumeria la utilizó sobre todo como motivo decorativo. Es lógico suponer que un símbolo geométrico como este sea atractivo para la decoración, quizás sea por eso que aparece en culturas ajenas a las andaluzas, pero en muchos casos, incluso como decoración, tienen relación con Andalucía. No podemos establecer esa relación en el caso de la cultura sumeria, a pesar del origen enigmático del pueblo fundador de esta cultura, pero sí que podemos explicar la utilización de la estrella en la arquitectura moderna de los países árabes por la influencia de la cultura andalusí. Aunque en el caso de Turquía, donde también se encuentran estrellas en algunos de sus monumentos también podemos achacarlas a los diez mil andaluces que en el siglo IX salieron de Córdoba y fundaron la república andaluza de Creta que después de un siglo de existencia pasó a ser absorbida por el imperio otomano a cuyo servicio pasaron muchos de estos "andaluces de Creta". Pero con la conquista del reino granadino no desaparece la utilización de la estrella, sigue apareciendo en azulejos, taraceas y en artesonados de iglesias. En una puerta de la cartuja de Granada existen estrellas, también en las vigas del artesonado de la iglesia de mi pueblo (Padul, Granada) existen multitud de estrellas).

Pero es en la actualidad, curiosamente período de autonomía y libertad en Andalucía, cuando vuelve a generalizarse el uso de la estrella, y no sólo como motivo decorativo, sino también como símbolo político, administrativo y cultural. Existen muchos ejemplos. En la construcción se ve por todas partes, sobre todo en las cenefas decorativas de azulejos. En el plano administrativo es curioso ver cómo la Junta de Andalucía ha escogido este símbolo para los camiones y autobuses, y además con la particularidad de que aparece como estrella entrelazada con una bandera andaluza. También, ya he hecho referencia antes, una caja de ahorros la ha adoptado como logotipo comercial. En el sentido político, han utilizado la estrella de ocho puntas como símbolo de identificación, LIBERACIÓN ANDALUZA Y algunos partidos políticos ya desaparecidos como FRENTE ANDALUZ DE LIBERACIÓN y un curioso y efímero PARTIDO ANDALUZ DE CATALUÑA que apareció sólo para presentarse a unas elecciones autonómicas sin ninguna suerte. La coalición andalucista "poder Andaluz" también escogió como símbolo la estrella. Como símbolo de identificación de asociaciones culturales ha sido sobre todo en Cataluña donde se ha utilizado más. En concreto, la Casa de Andalucía en Mataró la ha adoptado como logotipo distintivo, también una asociación ya desaparecida, ANDALUCÍA VIVA, la utilizaba. En Andalucía, actualmente la utilizan como logotipo sobre todo asociaciones musulmanas andaluzas como la Yama'a Islámica de Al-Andalus o la revista LAMALIF de la Fundación Islam y Al-Andalus.

Existen muchos más ejemplos de utilización de la estrella de ocho puntas en sus diferentes formas que sería largo de describir, pero lo que sí es cierto es que consciente o inconscientemente la estrella es un símbolo que se ha utilizado a través de toda la historia por los andaluces allá donde se han encontrado.

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